En el primer semestre del año, el Estado perdió una línea de US$55 millones —Q470 millones— para el programa de Electrificación Rural (PER II) que pretendía ampliar la cobertura eléctrica, sobre todo en áreas rurales. Era la segunda prórroga que había dado el BID al país.
El monto total de la cartera de préstamos es de US$1 mil 344 millones —Q9 mil 864 millones—, y buena parte de los expedientes ya se encuentra en el Legislativo. Por tratarse de deuda pública, el Congreso es el facultado para aprobar ese crédito, según la ley.
Sin respuesta oficial
Rosa María Ortega, directora de Crédito Público del Minfin, informó que hace algunas semanas se envió al BID una solicitud de prórroga del crédito con el Mineduc —US$150 millones—, por acercarse la fecha de vencimiento, pero que hasta el momento —martes último— no se tenía respuesta oficial.
“No tenemos aún la posición, si se va a dar la prórroga para que el Legislativo pueda ingresarlo a conocer este o el siguiente, o si se vence en el tiempo que estaba programado”, aseguró la funcionaria de Finanzas. Ayer, fuentes del BID en Guatemala afirmaron que no se va a dar prórroga a la solicitud.
“Acerca del préstamo GU-L 1087, ya no hay posibilidad de dar extensión”, informó ese organismo. Se explicó que “tal y como sucedió en marzo de este año, cuando el país perdió un préstamo del BID de Q470 millones para el programa de electrificación rural y, como consecuencia, se vieron afectadas varias poblaciones al no poderse ampliar la cobertura de energía, muchas de ellas aún no cuentan con este servicio”, se expuso.
lo Qué se dejará de hacer
En el caso del préstamo con el Mineduc, los beneficios que dejarán de obtenerse serán la oferta escolar y la calidad educativa.
“El programa aborda dos grandes líneas de acción: mejora de la oferta física escolar —cobertura en preprimaria y calidad de las aulas en primaria— y mejor aprendizaje de los estudiantes de primaria, a partir de una calidad superior en la formación terciaria de los docentes. En su conjunto, 701 mil 250 niños de preprimaria y primaria se beneficiarían”, fue la postura del BID.
En el primer eje está el acceso a la educación preprimaria, con 30 mil cupos que hubieran estado disponibles para ampliar la cobertura para niños y niñas, de 5 y 6 años de edad, respectivamente, lo que hubiera permitido incrementar la cobertura nacional del 45.6% al 49.1% en cinco años.
Del total, el 20% se destinaba a apoyar el Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte. También se tenía contemplado reparar unas tres mil escuelas de preprimaria —9% del total de escuelas oficiales—, que beneficiarían a una población de 450 mil estudiantes.
El segundo eje, con la Formación Inicial Docente, que incluía a nueve mil maestros que participarían en capacitación en el nivel terciario, lo cual beneficiaría a unos 135 mil infantes. En formación de servicios, unos tres mil docentes se capacitarían en el Programa Académico de Desarrollo Profesional Docente, que beneficiaría a unos 116 mil 250 niños de preprimaria con acceso a útiles y textos escolares.
El ministro de Educación, Óscar Hugo López, confirmó que es consciente de la situación del préstamo y lamentó que es “muy probable que el BID cierre esa oportunidad para el país”.
En todo caso, si ese es el resultado, se tendrá que volver a tramitar otra solicitud del préstamo, que empezaría desde cero y representaría un atraso de hasta tres años.
Julio Héctor Estrada, ministro de Finanzas, manifestó que es necesario que se comprendan los objetivos de los préstamos, porque se podrían invertir en los siguientes cinco años.