No hay límite en la cantidad de veces que puede ser citado un ministro, ni regulación de preguntas por citación, por lo cual ese recurso se puede prolongar por varias sesiones.
Es precisamente esa potestad la que ha permitido que se utilice para bloquear agendas legislativas.
En lo que va del año se han planteado 11 interpelaciones, pero en muchos casos, inexplicablemente, se ha desistido de la misma.
Según dirección legislativa, la bancada Líder ha solicitado cuatro interpelaciones, ha desistido de tres y en otra entregó tarde las preguntas básicas, por lo que la Junta Directiva anuló la solicitud.
Esa bancada solo tiene un interrogatorio, efectuado en enero, que solicitó de forma conjunta con el Partido Patriota (PP).
El PP ha pedido y efectuado dos interpelaciones.
También han solicitado interpelaciones las congresistas Rosa María de Frade, de la Bancada Guatemala, y la eferregista Zury Ríos, pero ambas desistieron.
También solicitó una la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, que fue resuelta con un interrogatorio particular de la bancada.
Desvirtúan figura
La diputada Nineth Montenegro dijo: “La interpelación es una figura de suma importancia para exigir cuentas a un ministro y, lamentablemente, al contrario, se ha ido utilizando para prebendas. Hay infinidad de diputados que las plantean como herramienta de negocios, y luego las suspenden”.
Roxana Baldetti, del PP, afirmó: “Las interpelaciones, cuando se toman con seriedad como un juicio político, como dice la Constitución, dan resultados; ahora, como en el caso de algunas bancadas que las piden solo para tener una base de negociación, no hay resultado más que las prebendas que logran conseguir”.
Luego, justificó: “En cuanto a las que ha pedido el PP, la mayoría de los interpelados han dejado de ser funcionarios”.
Las interpelaciones han originado críticas incluso del presidente Álvaro Colom, quien el miércoles de la semana recién pasada expresó: “Creo que es importante el tiempo de los ministros; más del 40 por ciento se la pasan en el Congreso. Vamos a empezar a medir la efectividad, porque realmente de nada sirve una interpelación si no tiene beneficio para el pueblo”.
Ese mismo día había en el Congreso tres ministros esperando su turno para ser cuestionados: el ministro de Gobernación, Carlos Menocal; el de Educación, Dennis Alonzo, y el de Finanzas, Édgar Balsells.
Mientras, en la agenda legislativa se retrasa la discusión de leyes de seguridad, y otros asuntos.