Con 101 votos a favor logró la victoria en el Legislativo, asegurando que tiene un compromiso con Dios, “haciendo las cosas como para Dios, porque sabemos que esta es la mejor forma de dar resultados. Quiero hacer un llamo a nuestros compañeros diputados para que seamos un ejemplo para el pueblo de Guatemala”.
La presidenta electa, añadió: “Respetemos lo que dice la Biblia en el libro de Romanos XIII, sométase toda persona a las autoridades que gobiernan, porque no hay autoridad sino de Dios y las que existen por Dios son constituidas, por consiguiente el que resiste a la autoridad, a lo ordenad por Dios sea opuesto y los que se han opuesto sobre ti recibirán condenación porque los gobernantes no son motivo de temor”.
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Rivera está por tomar un organismo Legislativo con poca credibilidad, donde a la oposición tradicional se la han sumado bloques de derecha que rechazaban la continuidad del partido Vamos en el poder.
Así mismo grupos de la sociedad civil organizada han cuestionado la forma en que la alianza oficialista ha tenido el rumbo del Congreso.
Durante sus primeras palabras como presidenta electa, Rivera destacó que el respeto es algo primordial, “el respeto a nuestras autoridades va a hacer la diferencia, porque respetando nuestras autoridades estamos respetando a nuestro Dios que es el que pone reyes y quita reyes”.
Bajo perfil
Shirley Joanna Rivera Zaldaña no ha sido alumbrada de frente por los reflectores mediáticos en los últimos dos años, pero ha estado ahí, en el escenario principal como una diputada de confianza del partido Vamos.
Ahora le tocará dirigir un Congreso difícil, con una herencia de Allan Rodríguez que no precisamente le ayudará a corregir el rumbo.
Rivera, a sus 50 años, se convierte en presidenta del Organismo Legislativo, un lugar que pocas veces ha sido ocupado por una mujer.
Su llegada a la presidencia del Congreso no es casualidad. Ella es de las personas de más confianza en el círculo de poder del partido Vamos por una Guatemala Diferente. Ella fue la número dos del listado de diputados del distrito de Guatemala del partido, atrás de Carlos Roberto Calderón y actualmente ostenta la subjefatura de la bancada.
Aunque su historial político es corto y se remonta justo al 2020, cuando ganó la curul, sí ha estado cerca del poder, ejerciendo control a la par de Allan Rodríguez.
En el plano legislativo, ha firmado dos iniciativas: la ley para la protección integral de la niñez y adolescencia contra los trastornos de identidad de género y la ley de libertad de religión y creencias de culto.
Su trabajo ha sido más en la operación y coordinación de las necesidades del oficialismo, por ejemplo, en solicitar a través de moción privilegiada la aprobación por urgencia nacional de estados de Calamidad decretados por el mandatario Alejandro Giammattei, en el marco del control de la pandemia de coronavirus.
En su labor fiscalizadora se ha concentrado en seguimiento a problemas locales, principalmente en Villa Nueva, en donde se le vincula sentimentalmente con el alcalde, Javier Gramajo.
Este año integra cinco comisiones: la de Seguridad Alimentaria, Economía y Comercio Exterior, Desarrollo Social, Derechos Humanos y Apoyo Técnica, la cual preside.
En una entrevista que concedió en el 2019, cuando era candidata a diputada para el medio digital Clickiando decía que su agenda de trabajo iría enfocada “en la educación como generadora de oportunidades”, con iniciativas para potenciar la vocación en jóvenes, fomentar al ciencia y tecnología, especialización de catedráticos y generar trabajo para los jóvenes. Nada de eso ha pasado, a la luz de su balance legislativo en sus casi dos años de legislatura.
Sobre su formación académica y experiencia antes de llegar al Congreso, no existe información pública en el Organismo Legislativo.