En tono despectivo expresó: “Nosotros hacemos un llamado a esa gente irresponsable que detrás de computadoras que escriben y hablan cosas, que si efectivamente quieren cambiar el país que se organicen de cara al sol, así como salimos nosotros”.
Posteriormente aseguró que no le importaba si renunciaba o no el presidente Otto Pérez Molina porque sus objetivos son gremiales. La mayoría de analistas considera que las palabras de Acevedo evidencian su actitud de apoyo al Gobierno y a la clase política que ahora está cuestionada.
En esa misma posición parecen ubicarse dirigentes como Luis Lara, del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud, y Pedro Esquina, de la Coordinadora Nacional Indígena y Campesina (Conic).
Ven compromisos
Luis Linares, de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes), afirma que sorprende la indiferencia de los líderes sindicales ante el clamor social que demanda combatir la corrupción.
“Están totalmente ausentes de la demanda de rechazo a la corrupción”, afirmó Linares. Agregó que le restan importancia a temas de interés nacional cuando este debería ser el momento para pronunciarse, como lo hacen los universitarios y otros sectores.
“Los dirigentes de los sindicatos del Magisterio y de Salud están comprometidos por los pactos colectivos que han negociado con autoridades de gobierno. Se han convertido como una caja de resonancia de las demandas gubernamentales”, expuso Linares.
Citó como ejemplo la solicitud de aprobación del presupuesto e impuesto, entre otros. “Evidencian que no son independientes y que responden a compromisos”, añadió.
Mariano González, politólogo del Instituto Nacional de Problemas Nacionales, comentó que “todo apunta a que hay acuerdos previos que hacen que —los sindicatos— no apoyen estos movimientos. Además, están haciendo una mala lectura del movimiento social porque no lo ven como una manifestación espontánea y legítima de la población”.