De acuerdo con la acusación, con cuchillo en mano los dos sentenciados arrebataron a la víctima de los brazos de su madre, a quien también le robaron su teléfono celular.
La sentencia fue dictada por el Tribunal de Sentencia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente de Quiché, donde los juzgadores concluyeron por unanimidad que los condenados cometieron hechos graves, ya que el menor murió.
Otro condenado
Por el mismo caso, Gaspar Tzoy Ixcotoyac fue condenado a un año de prisión por encubrimiento propio; además, permanece con medida sustitutiva hasta que el fallo quede firme.
La jueza Alma Lizeth Herrera de García indicó que Tzoy Ixcotoyac supo del secuestro del niño; sin embargo, no lo denunció a las autoridades correspondientes, bajo el pretexto de haber sido amenazado de muerte por Tzoy Us y Tzoy Lux.
“Esos argumentos no bastan para tener por acreditada esta causa, sino debió ser demostrada con medios de prueba, cosa que no ocurrió dentro del proceso”, manifestó Herrera.
Causa del secuestro
La fiscalía del Ministerio Público (MP) logró demostrar que Santiago Tzoy Us y su hijo, Juan Julio Tzoy Lux, convencidos de la creencia de que los cerros y/o volcanes proporcionaban dinero a cambio de entregar en sacrificio a un niño, optaron por secuestrar a la víctima.
Según la investigación, el 14 de noviembre del 2013, el cadáver fue llevado a una ceremonia efectuada por Gaspar Tzoy Ixcotoyac en el lugar conocido como Cerro Quemado, cantón Chicuá, Quetzaltenango.
La investigación del MP refleja que Santiago Tzoy Us dijo a Tzoy Ixotoyac: “aquí traigo un regalo para el patrón (el diablo)” y acto seguido extrajo de una funda para almohada el cadáver del bebé, con el objeto de sacrificarlo en dicha ceremonia.
Se niega
No obstante, Tzoy Ixcotoyac le respondió que “él solo sacrificaba animales, no seres humanos”. Ante la respuesta del sacerdote maya, los dos sentenciados abandonaron el cadáver en una cueva conocida como Juan Noj.
La figura del plagio o secuestro cobró forma el 29 de noviembre de 2013, cuando Santiago Tzoy y Juan Tzoy utilizaron el teléfono celular que robaron a la madre del bebé y se comunicaron con Diego Castro Us, padre del niño, a quien exigieron Q200 mil a cambio de entregarlo con vida.
El informe forense detalló que, en esta fecha, Pedro Alfonso Castro tenía más de 15 días de haber muerto.
En fecha posterior, el cadáver fue descubierto y, según el informe del Instituto Nacional de Ciencias Forenses, la víctima murió por sofocación. Además, el rostro le había sido devorado por roedores y se encontraba en estado de descomposición.