Los cadáveres de Ignacio Marroquín, de 33 años, y de sus dos hijos Guillermo Adolfo y Cristhofer Stanley Marroquín, fueron trasladados de la morgue del Instituto Nacional de ciencias Forenses de Malacatán, rumbo a la frontera de Guatemala con El Salvador.
Se dio a conocer que Hugo Rodríguez, cónsul de El Salvador en Guatemala, llegó a la fiscalía distrital del Ministerio Público de Coatepeque para tener referencia de los salvadoreños fallecidos.
Los tres cuerpos fueron trasladados en un vehículo desde una funeraria de la capital y luego a la frontera con El Salvador en donde autoridades de ese país los llevarían a su lugar de origen en cantón La Palma, San Martín.
Migrante
Marroquín decidió emigrar a Guatemala hace dos años, ya que era víctima de pandillas en El Salvador, sin embargo sus sueños quedaron truncados por el accidente.
Los altos índices de violencia que se reportan en El Salvador llevaron a Marroquín a dejar su natal La Palma por ser uno de los lugares más violentos del vecino país, según las autoridades.
Nacho, como lo conocían sus amigos, era ayudante de transporte de carga internacional y hace dos años llegó a Tecún Umán, San Marcos, Guatemala para escapar de las amenazas de pandilleros.
El mes pasado, Marroquín sufrió un ataque armado, pero no tuvo heridas graves, por lo que tomó la decisión de abandonar su vivienda y trasladarse a la ciudad fronteriza junto a su familia.
Amigos del fallecido, que prefirieron no identificarse, lo describieron como una persona bromista, trabajadora, buen padre y que siempre buscó lo mejor para sus hijos.
“Conocí al hijo mayor, era un niño muy inteligente y aplicado en la escuela. El otro niño lo vi pequeño, pero no sé nada de él”, relató desde El Salvador uno de los amigos, contactados por Prensa Libre.
Accidente
Los tres salvadoreños murieron la mañana del domingo último cuando el picop en el que viajaban colisionó contra un autobús en el kilómetro 242.5, jurisdicción de Pajapita, San Marcos.
En el hecho murieron seis personas, dos fallecieron en el lugar y otras cuatro en el Hospital Regional de Coatepeque.
El ayudante del bus, César Adán Ramírez Escobar, 28, resultó herido y fue trasladado al hospital del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social de Coatepeque.
Lidia Velásquez, madre de los menores fallecidos, viajó a Guatemala para repatriar los cuerpos a San Salvador, donde serán sepultados.
“Es lamentable lo que sucedió, todo por huir de las pandillas se encontró la muerte en otro país. Es triste pensar que las vidas de los jóvenes quedaron truncadas”, escribieron conocidos de los fallecidos.