El proyecto contempla la siembra de miles de plantas de tul en los 15 municipios de Sololá ubicados en la cuenca del lago. Ayer fueron sembradas 900 y se espera finalizar a mediados del 2017.
El estadounidense Shaw Eisenhuer, coordinador de dicha organización, señaló que el tul posee cualidades que disminuyen la contaminación, pues sus raíces filtran el agua de manera natural y sirven de hábitat para otras especies. El beneficio se extiende para miles de pobladores, quienes durante años han cosechado las hojas de tul para fabricar artesanías.
Sidney Samuels, ministro de Ambiente, se reunió en abril último con jefes ediles de Sololá para tratar asuntos relacionados con la conservación del Lago de Atitlán, e indicó que la situación de ese manto acuífero empeorará de manera drástica en siete años si no se toman las medidas necesarias para dejar de contaminarlo.
Con el fin de proteger el ambiente, la Municipalidad de San Pedro La Laguna, Sololá, publicó en octubre último un acuerdo en el que prohíbe la venta y distribución de bolsas plásticas, duropor, pajillas y derivados.
Algunos vecinos ahora utilizan hojas de plátano para llevar sus productos.
Financiamiento
Eisenhuer añadió que los fondos para financiar el proyecto se obtienen a través de la página www.gofundme.com/tulreforestation, en la cual colaboran personas de diferentes partes del mundo, quienes conocen la situación del lago, el que a su criterio agonizaría en los próximos siete años, debido a falta de atención al problema, que también impacta en la salud de los residentes.
Pedro Ramírez, representante del Comité de Tuleros, dijo que unas 60 personas son las encargadas de la siembra y protección del tul, pues están conscientes del daño ambiental.
Recuerda que hace 10 años las plantaciones de tul eran considerables, pero debido a que la venta de artesanías elaboradas con esa planta disminuyó, los pobladores le restaron importancia, sin imaginar el daño que se le hace al afluente, pues sin su presencia los niveles de oxígeno disminuyen considerablemente.
Miguel Pacay Hernández, vecino, refirió que anteriormente, en Santiago Atitlán, había unas 30 hectáreas de tul, pero ahora es difícil ver esa planta.
Pedro Petzey, residente, señaló que la iniciativa es positiva, pero considera importante involucrar a la población para evitar que cualquier tipo de contaminación llegue al manto acuífero. Agregó que las autoridades deberían unir esfuerzos para crear estrategias ambientales, pues el afluente es cada día menos transparente.
Un análisis de científicos de la Autoridad del Manejo Sustentable de la Cuenca del Lago Atitlán y su Entorno y el Centro de Estudios Atitlán, de la Universidad del Valle de Guatemala, del 2015, confirmó la aparición de tres clases de cianobacteria que cubrían el 70 por ciento del lago, las cuales se alimentan de la contaminación causada por aguas servidas.
El más bello del mundo
El 16 de diciembre del 2015, el Instituto Guatemalteco de Turismo (Inguat) compartió una publicación de la cadena de televisión internacional National Geographic en la cual se califica al Lago de Atitlán como el más bello del mundo.
Según el Inguat, National Geographic describió ese destino turístico como un lugar endiosado y adorado, el cual atrae a poetas, pensadores y turistas.
La publicación señala que el lago atrae a personas desde hace siglos y de todos los continentes; además, aloja a más de mil inmigrantes procedentes de todo el mundo, entre ellos científicos, en busca de lugares de culto maya escondidos bajo el agua y restos arqueológicos de pueblos.
Ciudad sumergida
Hace mil 700 años una pequeña ciudad del Preclásico Maya tuvo un final dramático cuando quedó sumergida en el fondo del Lago de Atitlán.
No se volvería a saber nada de ella hasta que Roberto Samayoa Asmus encontró el sitio, en 1996, después de unas 30 inmersiones en las profundidades del Lago.
Es por ello que fue bautizada Samabaj, al unir la mitad del apellido del descubridor y el vocablo maya “abaj”, que significa piedra.
Los datos arqueológicos indican que este lugar era un centro de peregrinaje en una isla que ocupaba un área de 350 por 450 metros, afirmó Sonia Medrano, directora del proyecto arqueológico Samabaj.
Se ubicaba frente a las faldas del volcán Tolimán, a unos 500 metros de la playa.
El sitio quedó sumergido a unos 30 metros de profundidad y hasta la fecha se manejan tres teorías sobre las causas de la subida del lago a ese nivel.
Un lugar donde.alguna ves en su superficie estuvo la.ciudad de samabaj
Lago de Atitlan, Solola pic.twitter.com/HlfG4WepZu— erick morales (@rock_advenger) August 25, 2014
La primera atribuye el colapso a las diferentes coladas de lava del volcán Atitlán, las cuales taparon en forma “abrupta” el embalse natural del Lago. Datos geológicos revelan que esta lava tiene dos mil años de antigüedad, explicó Samayoa a Prensa Libre en el 2012.
Otra posibilidad es que el Lago constituya una caldera volcánica que tuvo una erupción gigantesca hace 80 mil años. A 400 metros de profundidad se han encontrado elevaciones o “domos volcánicos”.
Samayoa expuso que esto fue revelado luego de un recorrido conjunto de tres científicos: un vulcanólogo, un geólogo y un oceanógrafo, quienes usaron sonar durante la investigación. Al “hincharse” esta caldera originó el aumento del nivel del Lago.
La tercera teoría sugiere que una lluvia extrema causó una inundación de gran magnitud.
“El Lago ha tenido ciclos de nivel de hasta 10 metros, pero nunca volvió a bajar a este punto”, afirmó Samayoa.
Video: Samabaj, la Atlántida Maya en Atitlán, publicado por el Inguat
Así fue encontrada
Después de varios reconocimientos subacuáticos, Samayoa fue deduciendo que en el fondo del Lago había algo más que arena.
“Había notado alineaciones extrañas de piedra que creía que eran naturales, pero después de unos 30 buceos encuentro una estela (No. 1 ) con su plato de ofrenda enfrente. Allí dije: Esto no es natural. Fue algo indescriptible”, aseguró.
Samabaj fue registrada como sitio en el Instituto de Antropología e Historia (Idaeh) en 1998.