Sucesos

La historia del padre de un niño de 5 años acribillado por sicarios en motocicleta cuando iban a un centro educativo en la zona 6

Ante la mirada atónita de un niño de 5 años, sicarios asesinaron a sangre fría a su padre en la 23 avenida y 1a calle de la zona 6. El pequeño iba a la escuela.

El padre de familia Pedro Roberto Arbona Aguirre de 30 años murió baleado en la 23 avenida y 1a calle zona 6 mientras llevaba a su hijo a la escuela. (Foto Prensa Libre: Bomberos Voluntarios).

El padre de familia Pedro Roberto Arbona Aguirre de 30 años murió baleado en la 23 avenida y 1a calle zona 6 mientras llevaba a su hijo a la escuela. (Foto Prensa Libre: Bomberos Voluntarios).

Los estruendos fueron demoledores. Siete disparos acabaron en forma inmediata con la sonrisa de un niño de cinco años que ese día disfrutaba ir de la mano con su padre a la escuela.

El ruido acelerador de la motocicleta negra, sin placas, ocultó por segundos las detonaciones de una pistola 9 milímetros ilegal, parte de las 500 mil que están en las calles de la República, y muchas en manos de criminales.

El ataque fue directo contra un hombre de 30 años que llevaba de la mano a su hijo de 5 al establecimiento educativo que está en la colonia Los Ángeles, zona 6 de la Ciudad de Guatemala.

Sí, en la zona 6, que a pesar de que los vecinos se han organizado y pedido apoyo a la Policía Nacional Civil (PNC), se sigue cobrando vidas, y lo ha obligado a cuidarse más, pero también a vivir con esos hechos criminales.

Mientras se escucharon los disparos, el pequeño soltó la mano de su padre. Sin comprender lo que pasaba, lo vio desvanecerse a su lado, mientras los verdugos aceleraban la motocicleta para huir y dejar la tragedia en la 23 avenida y 1a calle de la zona 6.

Una pequeña estela de humo del escape ruidoso se quedó en el ambiente, mientras las personas que caminaban por el lugar se acercaron al menor para ponerlo en resguardo. Los disparos los hicieron ponerse en lugar seguro.

El niño no sabía qué pasaba y poco a poco, al no ver a nadie conocido, comenzó a llorar, según contaron testigos a los investigadores de la PNC.

Las circunstancias lo obligaron a buscar alguna respuesta en medio de la nada, del pequeño río de sangre que comenzaba a descender por sus pies.

Alguien llamó a su mamá, pero también a los Bomberos Voluntarios, por si acaso algo podían hacer todavía para salvarle la vida al hombre de 30 años.

Pero había poca esperanza, porque según el informe preliminar de la PNC hallaron al menos siete indicios balísticos alrededor del cadáver del padre de familia.

La escena fue dramática, como muchas de esas que se observan a diario en otros lugares de la capital del país.

Mientras los socorristas establecieron que había muerto, la madre, al llegar, se lanzó, llorando, gritando, sobre el cadáver de su esposo. Pedro Roberto Arbona Aguirre, de 30 años, yacía en esa calle que muchas veces antes había caminado junto con su hijo.

Esa fue la última. Y la esposa, una y otra vez repetía un Pedro Roberto, como que eso fuera el motivo para que se levantara. Lo abrazó, quiso que estuviera vivo, pero la crisis nerviosa necesitó de ayuda de vecinos. El pequeño niño observó todo, y también fue puesto en resguardo.

La alegría del niño de ir a la escuela de la mano de su padre fue abruptamente interrumpida por esos sicarios a quienes vinculan con una de las pandillas que se disputa el territorio en la demarcación de cobertura de la Comisaría 12 de la PNC.

El Ministerio Público (MP) llegó, procesó la escena y sumó este hecho a otros que han ocurrido en esa zona.