Guatemala

Su vida es servir

El liderazgo de Marcelina Ajtún sirve de ejemplo a habitantes de La Candelaria, Z. 18

En condiciones precarias y en un ambiente de violencia e inseguridad, el aporte de una mujer ha sido luz de la esperanza para la comunidad La Candelaria, zona 18. Ella es Marcelina Ajtún de Juárez, más conocida como ?La China?.

Todos sus vecinos aprecian la labor esta señora de 44 años de edad, como facilitadora comunitaria, comadrona, asistente en salud, miembro del comité de vecinos o educadora para prevenir desastres naturales.

?La China nos atiende cuando no viene el doctor, porque nosotros no podemos pagar una consulta?, dice Coni Barrientos, quien vende frutas en La Candelaria.

En la comunidad es visible la pobreza extrema: aguas servidas sin canalizar, viviendas de lámina, inseguridad por delincuencia y falta de escuela para más de 700 niños.

Aún así, esto no limita labor de ?doña China?. ?Desde que vine, hace 9 años, me nació la idea de servir a la gente?, dice.

24 horas al día

A la hora que sea, Marcelina está lista para atender a sus vecinos. ?Mi horario es de 24 horas, 365 días al año?, asegura.

Ha colaborado con muchos en La Candelaria. ?Atiende partos cuando no da tiempo de traer a las pacientes?, cuenta Marieta López, directora del Centro de Salud de Santa Elena III.

Su escuela ha sido el programa del Sistema Integrado de Atención en Salud, SIAS, del Ministerio de Salud Pública.

?La China está metida en todo. Aquí, es mi mano derecha en el trabajo?, indica Marco Tulio Barillas, médico encargado del programa.

Además, se toma tiempo para enseñar a otros, para que en el futuro sigan sus pasos. Tal es el caso de Helen Villagrán. ?La acompañamos para aprender a poner inyecciones y dar medicinas?, relata.

Además, como parte del comité de vecinos ha impulsado obras como la instalación de contadores eléctricos.

Su sueño

Aunque ha logrado mucho, para Marcelina todavía no es suficiente. Uno de sus más grandes sueños es construir la escuela del lugar. ?Por falta de dinero, muchos niños no pueden estudiar?, explica.

Por eso quiere empezar la construcción de un establecimiento educativo. ?El espacio para la escuelita ya está. Tenemos la voluntad de formarla, pero no el dinero?, agrega. Han acudido al Ministerio de Educación, pero no han recibido respuesta.

?Primero Dios, no me muero antes de verla hecha realidad?, expresa. A pesar de que tarde un poco la materialización de este deseo, nadie duda de que con ayuda de todos lo pueda lograr. ?Con ella se ve el valor de una mujer en la comunidad?, dice Barillas.

Marcelina Ajtún

Dedicación sin límite: En la comunidad La Candelaria, Marcelina Ajtún de Juárez es conocida como ?La China?.

Tiene 44 aÑos

Nació en la finca El Recuerdo, Chimaltenango. A los 5 años de edad se trasladó a otra finca, donde permaneció la mayor parte de su niñez.

Por necesidad se trasladó a la capital hace 9 años. En la zona 18 surgió la comunidad de La Candelaria, donde doña Marcelina reside desde entonces. Las condiciones precarias de este asentamiento despertaron su deseo de ayudar a sus vecinos.

Desde hace 6 años colabora con los médicos Marieta López y Marco Tulio Barillas en los programas de salud de la comunidad. Participa en campañas de vacunación y talleres de capacitación y prevención de enfermedades y desastres naturales. Además, ayuda en el mejoramiento de las condiciones de viviendas y otros proyectos comunitarios.

Participa en prevención de desastres

Ajtún ha logrado organizar a la comunidad para que sepa cómo actuar en casos de desastres, en especial, durante el invierno.

Comité de vecinos

Marcelina también ha ayudado en la organización de los vecinos de La Candelaria. Gracias a ello, varias ONG les han donado fondos para mejorar su entorno, como caminamientos y contadores de agua.

Motiva a los jóvenes

Para lograr que los jóvenes se involucren en el trabajo comunitario, Ajtún los invita a que participen. Además, la acompañan a visitar enfermos y administrar medicamentos.