Ciudad Guatemala

El ABC de la investigación sobre Rusia que molesta a Donald Trump


El FBI abrió una investigación, inicialmente secreta, sobre esta interferencia a mediados de 2016.

  15 marzo, 2018 - 17:37 PM

La investigación en Estados Unidos sobre la injerencia de Rusia en las elecciones que llevaron a Donald Trump a la Casa Blanca avanza liderada por el fiscal especial Robert Mueller, ahora con el foco puesto en la compañía del presidente, la Organización Trump.

A continuación, una puesta a punto:

¿Por qué investiga un fiscal especial?

Rusia fue acusada por el gobierno de Barack Obama de montar una campaña de piratería informática y desinformación en internet para influir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre de 2016 y ayudar a Trump a ser elegido presidente, en perjuicio de su rival demócrata Hillary Clinton.

El FBI abrió una investigación, inicialmente secreta, sobre esta interferencia a mediados de 2016, que luego se extendió a la existencia o no de una colusión entre la campaña del magnate republicano y Rusia.

Pero Trump no ha dejado de presionar para limitar o influir en la investigación, descartando siempre toda complicidad de su equipo con Moscú. En mayo de 2017, el número dos del Departamento de Justicia nombró a Robert Mueller, exjefe del FBI, como fiscal especial para tomar las riendas de la investigación y garantizar su independencia.

¿Qué busca la pesquisa?

Mueller nunca habla en público, pero es muy activo. Sus investigadores entrevistaron a decenas de personas, incluidos antiguos y actuales colaboradores de Trump.

El fiscal ya inculpó al exdirector de campaña de Trump, Paul Manafort, y a su adjunto, Richard Gates; a un exasesor de política exterior de la campaña, George Papadopoulos; y a su primer asesor de seguridad nacional, Michael Flynn. Los delitos de los que son acusados no se refieren a una eventual colusión, sino que se descubrieron durante las investigaciones, principalmente el de falso testimonio.

Todos se declararon culpables, excepto Manafort, acusado de fraude, lavado de dinero y otros delitos relacionados con sus anteriores actividades como consultor internacional cercano a círculos prorrusos.

Flynn, sin embargo, sucumbió a la presión y eligió cooperar con Mueller, lo que podría brindar información valiosa sobre la campaña de 2016.

Trece rusos, incluido un empresario cercano a Vladimir Putin, y tres entidades rusas también fueron acusados por Mueller de ciberpropaganda.

El gobierno de Trump anunció el jueves sanciones contra estas mismas personas, así como contra los dos servicios de inteligencia rusos, el nacional (FSB) y el militar (GRU), entre otros individuos y entidades.

Mueller también explora el pasado empresarial de Trump, quien por mucho tiempo buscó desarrollar proyectos inmobiliarios en Rusia, aunque ninguno se ha concretado. En ese marco, solicitó a la Organización Trump que le entregue todo documento relacionado con Rusia.

¿Qué se encontró hasta ahora?

Múltiples contactos han sido descubiertos y detallados en los medios estadounidenses entre allegados de Trump y los rusos.

Donald Trump Jr, el hijo mayor del presidente, se reunió durante la campaña electoral en la Torre Trump en Nueva York con una abogada rusa que supuestamente tenía información comprometedora sobre Clinton. Durante la transición hacia el nuevo gobierno, Flynn mantuvo contactos con el embajador ruso en Washington, Serguéi Kisliak.

Y asesores de menor rango actuaron de emisarios en Moscú durante la carrera electoral. Al parecer, uno de ellos estaba al tanto de la piratería de mensajes del Partido Demócrata antes de que ésta, atribuida a hackers rusos, fuera revelada por WikiLeaks.

Sin embargo, ninguna evidencia llega ahora al propio Trump, como repite el propio presidente cada vez que puede.

Así concluyó también una reciente investigación de la comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, cuestionada sin embargo por la oposición demócrata.

Además de la investigación de Mueller, las comisiones de Inteligencia del Senado y de la Cámara de Representantes intentan arrojar luz sobre los ciberataques rusos y la posible complicidad de la campaña de Trump con Moscú.

Aunque la pesquisa de la Cámara baja ha perdido credibilidad, la del Senado continúa con el apoyo de la mayoría republicana y la oposición, y se espera un informe final pronto.

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