Ciudad Guatemala
La mayoría de las personas suelen tirar la cáscara de huevo, pues pensamos que es sólo un empaque natural de este alimento tan popular.
Lo más común a la hora de preparar un delicioso huevo es tirar su cáscara, sin saber que eso es un grave error, ya que aporta grandes beneficios para la salud así como múltiples usos en la vida cotidiana.
El 90% de la cáscara de huevo es calcio puro, uno de los minerales abundantes del cuerpo humano y forma parte del esqueleto. La cáscara de un sólo huevo puede contener hasta dos gramos de calcio, que dependiendo de la edad de quien lo consuma, puede ser hasta el doble de la cantidad de calcio que se recomienda diariamente.
1. Excelente para el cerebro:
El polvo de la cáscara de huevo ayuda a la liberación de neurotransmisores, que son los químicos mensajeros de las células del cerebro.
2. Combate la osteoporosis:
La osteoporosis es una enfermedad en los huesos y se vuelven más débiles, esto se debe a la falta de calcio. El consumo de la cáscara de huevo es de gran ayuda.
3. Desintoxica el cuerpo:
La cáscara de huevo es de gran ayuda para desintoxicar el cuerpo, ya que está compuesta de carbonato de calcio.
4. Rostro:
Puede ayudarte la cáscara de huevo como un exfoliante natural, gracias a su textura y minerales que aporta. Debes de mezclar dos cucharadas de cáscara de huevo en polvo con la clara de huevo y aplicarlo en el rostro, luego enjuaga con agua tibia.
Recomendaciones: No lo hagas si tienes la piel seca.
5. Uñas:
También es un excelente fortalecedor de uñas, pues sus minerales ayudarán a que sean más fuertes. Lo que debes hacer es poner media cucharada de polvo de cáscara de huevo en un esmalte transparente y aplicarlo en tus uñas dos o tres veces por semana.
Estos son los pasos que debes seguir para preparar el polvo de cáscara de huevo:
Lava las cáscaras con jabón suave y enjuaga con abundante agua.
Pon a escurrir en un colador y reserva.
De acuerdo con la cantidad de cáscaras, pon al fuego agua suficiente para cubrirlas.
Pon las cáscaras en el agua cuando comience a calentarse y deja hervir por varios minutos. Esto ayudará a eliminar cualquier rastro de bacterias.
Puedes dejarlas escurriendo y pasar al siguiente paso o bien, puedes meterlas al horno por 15-20 minutos, a 200 grados centígrados.
Lo siguiente es ponerlas en un procesador o licuadora y lograr un polvo.
Ya está listo para el consumo humano y demás usos.
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