Indigenas de la etnia purépecha del estado mexicano de Michoacán celebran la llegada del nuevo año agrícola con una tradición prehispánica
Con el silbido de los caracoles de fondo y el Fuego Nuevo iluminando la noche en la ribera del lago Pátzcuaro, el pueblo purépecha, etnia mexicana del estado de Michoacán (oeste), celebró con una ceremonia ancestral la llegada del año agrícola.
Las cuatro regiones habitadas por purépechas se reunieron al iniciar este sábado para dejar atrás el fuego viejo que albergaba la comunidad de Naranja de Tapia y encender una nueva llama, conforme a sus tradiciones prehispánicas.
Para los indígenas tiene un significado profundo del rescate de la cultura y de la identidad. Abrigados con gruesos sarapes, o sea ponchos de llamativos colores y diseños, unos 5.000 purépechas participaron en la ceremonia recorriendo la ribera del Pátzcuaro, gran atractivo turístico de la región, hasta llegar a un punto donde se encendió una hoguera.
El Fuego Nuevo era llevado por los “cargadores”, los hombres de mayor edad de las comunidades y guardianes de la tradición.
Al paso de la llama, los purépechas pedían a Kurhíkaueri, Dios del Sol y del Fuego, abundancia en los cultivos y permiso para cocinar sus alimentos que les brindarán vida y fuerza durante todo el año.
Michoacán es un estado eminentemente agrícola, que por sí solo es el mayor productor mundial de aguacate que exporta a más de 40 países, encabezados por Estados Unidos.
Las actividades iniciaron desde el 30 de enero y culminaron al amanecer este sábado.
El Fuego Viejo descansa y ahora el Fuego Nuevo quedó en la sede de Cuanajo, localidad perteneciente al municipio de Pátzcuaro. En el próximo ciclo, la llama será albergada por otra comunidad purépecha, conforme a la tradición.
El pueblo purépecha llegó a conformar un imperio que en el siglo XVI resistió al avance del imperio mexica de los aztecas.