El éxodo de migrantes del llamado Triángulo Norte, es uno de los principales retos de los países de Centroamérica, pues de acuerdo con los analistas, mejores salarios pueden desincentivar el aumento de los flujos migratorios, pero no la búsqueda de mejores oportunidades en el exterior.
Las recientes olas migratorias de centroamericanos hacia Estados Unidos, encendieron los focos sobre un problema que se agudiza en la región y que tiene su origen en el atraso económico y el subdesarrollo que se vive en las comunidades y departamentos que se encuentran alejados de las capitales de los países del Triángulo Norte.
Pese a que el fenómeno generó tensión en la región debido a la política exterior implementada por el gobierno estadounidense, las autoridades de Guatemala, Honduras y El Salvador mantuvieron una posición pasiva, pues ninguno de los mandatarios se pronunció por establecer un diálogo entre los países involucra- dos para encontrar soluciones conjuntas.
Actualmente, el gobierno de México y el de los Estados Unidos, tienen previsto un programa de apoyo con un fondo por 6,000 millones de dólares (mdd) para inversiones y generación de empleos en Centroamérica y en la zona sur de México.
“Esta ayuda tiene que estar bien organizada. Existen los fondos para concretar las inversiones. Las autoridades mexicanas ya están trabajando en tener más inversión y financiar proyectos en Centroamérica para detonar las fuentes de trabajo”, explica Víctor Meléndez vicepresidente Sección Internacional para Centroamérica y el Caribe del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (COMCE).
El también presidente del Comité empresarial México-El Salvador explica que los fondos ya están aprobados para frenar el crecimiento de los flujos migratorios del Triángulo Norte de Centroamérica a Estados Unidos. No obstante, reconoce que es muy difícil pensar que con la creación de empleos y el incremento de las inversiones en Centroamérica, se frenará la migración, pues la población siempre estará en búsqueda de nuevos retos y oportunidades.
En marzo pasado, se anunció como “la madre de todas las caravanas” a uno más de los grupos masivos de migrantes que salieron de Honduras. El aviso activó los focos amarillos de la política antimigratoria de Estados Unidos, y Trump amenazó con recortar la ayuda económica que cada año destina a los países del Triángulo Norte.
Por años, la migración fue velada y de baja intensidad, pero de un tiempo a la fecha, caravanas masivas parten desde los distintos departamentos de estas naciones ante la mirada atónita de las autoridades migratorias de cada uno de los involucrados.
La migración es histórica en estos territorios, debido a que los niveles salariales son hasta 24 veces menores que los que podrían encontrarse en Estados Unidos y, con el tiempo, la población con menos acceso a educación, servicios de salud y oportunidades de empleo, encuentran en ese fenómeno una alternativa para mejorar su calidad de vida.
De El Salvador salieron, en menos de seis meses, 12 caravanas. El país se encuentra en plena transición; no obstante, el nuevo presidente Nayib Bukele, que recién asumió funciones el primero de junio, realizó su primer viaje a México ya como presidente electo para reunirse con Andrés Manuel López Obrador, con quien habló sobre migración.
En ese contexto, ambos mandatarios se comprometieron a impulsar estrategias que eviten que los centroamericanos sigan migrando ilegalmente.
En tanto que el Gobierno de Guatemala prefirió guardar silencio ante el anuncio del presidente de Estados Unidos de recortar la ayuda económica a la tercia de países.
Al respecto, Ricardo Castaneda, investigador y coordinador de los tres países de la región del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), declaró para Forbes que recortar la ayuda no frena el fenómeno de la migración, al contrario, ésta puede ir en aumento debido a que en las comunidades los programas productivos que generan empleo e ingresos se recortarían.
Por su parte, el gobierno del presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, tiene programas en materia de educación, salud y empleo para las personas que han sido regresadas de México a territorio hondureño, aunque no se tiene información sobre la efectividad de dicho programa ante los miles de hondureños deportados desde la frontera mexicana con Estados Unidos.
* En alianza con Forbes México y Centroamérica.