Los asistentes se pusieron de pie para aplaudirlo más de 15 veces.
Este martes, Donald Trump realizó el tradicional discurso del Estado de la Unión en Washington DC y su intervención sonó más a la exaltación de una gestión exitosa que a un informe anual de resultados.
“Los empleos se multiplican, los ingresos están aumentando, la pobreza cae en picada, la delincuencia está disminuyendo, la confianza está aumentando, y nuestro país está prosperando y es altamente respetado nuevamente” dijo Trump apenas subió a la testera del Capitolio, ante los congresistas de su país y numerosos invitados.
Tras esas palabras, y pasada la primera ovación de la noche, el presidente estadounidense siguió con el triunfalismo y afirmó que estaba “encantado” de informar que la economía estadounidense está “mejor que nunca“.
“Nuestro ejército está completamente reconstruido, con un poder incomparable en cualquier parte del mundo,. Nuestras fronteras son seguras. Nuestras familias están floreciendo. Nuestros valores se renuevan. Nuestro orgullo está restaurado. Y por todas estas razones, le digo a la gente de nuestro gran país y a los miembros del Congreso, el estado de nuestra unión es más fuerte que nunca”, prosiguió el mandatario.
Y no fue todo.
La noche tuvo diferentes momentos que ayudan a entender por qué Trump convirtió su discurso anual en un canto de victoria y por qué cerró su intervención de 1 hora y 18 minutos asegurando que “lo mejor está por venir“.
El ingreso de Trump al Capitolio estuvo acompañado por la consigna que más gritan sus seguidores en los últimos meses: “Cuatro años más”.
El motivo es que el presidente estadounidense tiene la intención de ser reelecto en su cargo en noviembre de este año y mantenerse como inquilino de la Casa Blanca hasta 2024.
En su discurso, el mandatario no solo dijo que “lo mejor está por venir”, hizo varias referencias a que la economía estadounidense seguirá creciendo en los siguientes años.
La demócrata Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, también tenía los focos encima.
Al ser una de las principales responsables del juicio político que Trump afronta en el Congreso de su país, se generó mucha expectativa respecto a cómo reaccionarían ambos al cruzarse este martes.
Mucho más si se tiene en cuenta que, por su cargo, Pelosi se ubicó muy cerca del presidente mientras éste realizaba su discurso anual.
Tan cerca que podían saludarse con un apretón de manos, algo que finalmente no pasó.
De hecho, cuando estaba por empezar su intervención, Trump pareció desairar a la líder demócrata al dejarla con la mano extendida.
Concluido el mensaje a la nación, Pelosi también tuvo su momento al romper una copia impresa del discurso del presidente, consciente de que esa escena sería vista por millones de personas a lo largo de Estados Unidos.
Era uno de los invitados y también tuvo su momento.
El líder opositor y máxima autoridad de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó recibió una ovación de pie y fue calificado por Trump como “presidente legítimo” del país sudamericano.
“Es un gran honor”, le dijo el estadounidense al venezolano que se proclamó “presidente encargado” en 2019 y que es reconocido como tal por alrededor de 50 países.
La interrogante que queda es cuánto impulso le otorgará el reconocimiento de Trump y la ovación de este martes a Guaidó en sus esfuerzos por derrotar al gobierno de Nicolás Maduro.