La emergencia ha propiciado la reducción en las emisiones de gases contaminantes y de los que contribuyen al cambio climático.
China registró los primeros casos de covid-19 a fines de diciembre de 2019. Pero impuso el cierre de fábricas y comercios, junto a las restricciones de viaje para hacer frente a la epidemia desde enero.
Estas medidas se han traducido en una disminución sustancial del consumo de combustibles fósiles.
Este lunes la NASA y la Agencia Espacial Europea publicaron imágenes satelitales que muestran una caída dramática entre enero y febrero de los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) en el aire del gigante asiático, uno de los países más contaminantes.
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“Hay evidencia de que el cambio está relacionado, al menos en parte, con la desaceleración económica que siguió al brote de coronavirus”, dicen ambas agencias en un comunicado.
El NO2 es un gas tóxico para los humanos que puede causar problemas respiratorios como el asma y que es producido por el combustible de vehículos motorizados, fábricas e instalaciones industriales.
La caída del NO2 también coincidió con las celebraciones del Año Nuevo Lunar en China y gran parte de Asia, en las que muchos negocios cierran.
Pero “los investigadores creen que la disminución es más que un efecto de las vacaciones o una variación relacionada con el clima”, aclaran las agencias, debido a que la reducción del gas tóxico se ha mantenido por varios días después de estas fechas.
“La tasa de reducción es más significativa que en años anteriores y ha durado más”, dijo este lunes Fei Liu, investigadora de la calidad del aire en el Centro Espacial Goddard de la NASA.
“No me sorprende porque muchas ciudades de China han tomado medidas para minimizar la propagación del virus”.
Pero el NO2 no es el único gas que ha desaparecido -al menos por ahora- de la atmósfera de China.
Según un análisis de Lauri Myllyvirta, del Centro de Investigación en Energía y Aire Limpio (CREA), con sede en Estados Unidos, el descenso de la actividad industrial y comercial en China ha producido una caída de al menos un 25% en sus emisiones de dióxido de carbono en las dos semanas que siguieron a las vacaciones del año nuevo chino (fines de enero).
Además, Myllyvirta calcula que durante las últimas tres semanas de febrero China emitió 150 millones de toneladas métricas (mtm) de CO2 menos que durante el mismo período el año pasado.
Para hacerse una idea, 150 mtm es más o menos el equivalente a todo el dióxido de carbono que la ciudad de Nueva York emite durante un año.
Y una reducción del 25% de las emisiones de China equivale a una reducción del 6% global.
Pero lo más probable es que el alivio sea momentáneo.