Alucinaciones, ataques epilépticos y estado de coma: el caso de un paciente que pasó 48 días internado y sobrevivió al covid-19
El ingeniero Carlos Pérez Collazo narra lo vivido mientras enfrentó la enfermedad del coronavirus.
Neumonía, encefalitis, dos ataque epilépticos, y alucinaciones y la pérdida de 30 kilos de peso sufrió Pérez durante los 48 días de su hospitalización.
Pérez, de 38 años, vive en Moaña, Pontevedra), España, y estuvo hospitalizado durante 48 días, informó ElPaís.com.
Se contagió en el ascensor de su edificio, en Moaña, una de las comunidades menos azotadas por la pandemia del covid-19.
Tres meses después una prueba de PCR que le practicaron dio negativo, es decir se liberó de la enfermedad.
La publicación añade que este investigador de la Universidad de Vigo ha hecho suyas las palabras que le dijo su neuróloga: “Lo que he pasado es el mayor logro de mi vida, más allá de la carrera, los dos másteres y el doctorado”. Actualmente escribe lo que vivió en este caso y no descarta publicar un libro.
Pérez comenzó con síntomas el 17 de marzo, justo después de que fue declarado el estado de alarma.
Para buscar ayuda, llamó por teléfono al servicio de Salud y no le hicieron “mucho caso”.
Luego de tener fiebre durante tres días, su médico de cabecera le aconsejó que buscara ayuda en un hospital. Así lo hizo el día 21, por sus propios medios.
“No me encontraba tan mal como realmente estaba”, recordó. Sin embargo, 48 horas después iba de camino a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), sedado y boca abajo.
Su nivel de saturación de oxígeno en sangre era del 80% cuando lo recomendable es entre el 95% y el 100%, aunque sus dificultades para respirar no eran tantas como correspondería a esa cifra.
“Tengo amigos que con una neumonía normal han tenido un 88% y recuerdan que se morían”, manifestó Pérez Collazo.
Estuvo en coma inducido
Su situación empeoró, estuvo dos semanas en coma inducido y los médicos le llegaron a decir a su padre que de donde él logró escapar “no sale el 90% de la gente”.
Recuerda su condición de salud cuando estaba en su cama, sin movilidad ni musculatura.
Días después mejoró y fue subido a una planta de aislamiento, pero allí le dieron dos ataques epilépticos porque, aparte de la neumonía, el virus le había provocado una encefalitis.
Pérez volvió al coma inducido y a la intubación, fueron casi dos semanas más en la UCI, de las que recuerda, cuando despertó, su teléfono móvil tenía mensajes, uno de ellos de su padre, y frente a él la impotencia de no poder responderlos.
La publicación del ElPaís.com añade que la parte derecha del cuerpo de Pérez estaba paralizada, como si le hubiese dado una embolia. Se levantaba gracias a una grúa y a la ayuda de dos trabajadores del hospital.
Además, sufría unas alucinaciones “brutales”. Veía a un primo suyo en vez de al fisioterapeuta y, para sorpresa del personal de salud, charlaba en inglés con la mismísima Isabel II:
“Estuve a parrafada limpia con la reina de Inglaterra. La veía dos camas más allá”, recordó el ingeniero.
Pérez Collazo pudo ver de nuevo a sus padres. “Los dos sufrieron muchísimo. Yo estoy aquí de milagro”, afirma.
Mientras que su padre le confesó que no lo había pasado tan mal ni siquiera cuando en la Guerra del Golfo, a bordo de un petrolero del que era tripulante, vio cómo una lluvia de misiles sobrevolaba su cabeza. Pérez el 8 de mayo recibió el alta.
Luego de un mes de rehabilitación, el 22 de junio se incorporó a su trabajo en la Universidad de Vigo.