¿Escuchar ruidos es un síntoma precoz de demencia?
La demencia es una enfermedad que se caracteriza por pérdida progresiva de las funciones mentales. Ocurre a edades avanzadas y afecta a la memoria, el lenguaje, la razón y el comportamiento. Hay 50 millones de personas en todo el mundo con demencia y se calcula que en 2050 se triplicará. La mala noticia: los tratamientos actuales son poco eficaces.
La demencia es más frecuente en los ancianos con pérdida de audición, por lo que no se puede ignorar como factor de riesgo. Muchos de esos pacientes presentan acúfenos (ruidos o zumbido de oídos, también llamados tinnitus), que, como aparecen muchos años antes que el paciente se de cuenta de la pérdida de audición, pueden ponernos sobre aviso.
Doctor, tengo un ruido en la cabeza, ¿es normal?
Pues no, no es normal. De hecho, los acúfenos se definen como la percepción anormal del sonido en los oídos o en la cabeza sin que exista fuente de sonido externo. Se trata de un síntoma muy frecuente que presenta más del 15% de la población, y su frecuencia aumenta con la edad, pudiendo llegar al 40% a partir de los 80 años. Por suerte, el acúfeno severo, resultado del efecto combinado de factores genéticos y ambientales, se observa solo en el 1% de la población.
La exposición al ruido en el trabajo es una causa bien conocida de sordera y acúfenos. Estudios recientes comparando la frecuencia de acúfenos entre gemelos idénticos (univitelinos o monocigóticos) frente a gemelos no idénticos (dicigoticos) han demostrado una concordancia mayor entre gemelos idénticos. Por tanto, los acúfenos tienen un componente hereditario, aunque parece ser diferente en hombres y mujeres.
Quien tenga un acúfeno debería hacerse un estudio de audición
El acúfeno se asocia en mas del 90% de los casos con una pérdida de audición del oído interno (hipoacusia neurosensorial). Se atribuye a un aumento de la actividad de las conexiones entre neuronas de la vía auditiva (sinapsis). Esta actividad aumenta cuando el oído interno está dañado y no envía información a las neuronas auditivas. Por eso, es recomendable que quien tenga un acúfeno consulte con un especialista y se haga un estudio audiológico.
La mayoría de las pérdidas de audición tiene tratamiento con cirugía o prótesis auditivas. Sin embargo, existen otras enfermedades que también se asocian con acúfenos como la hipertensión arterial, la migraña, los trastornos del sueño, la depresión o la ansiedad. Todas ellas tienen tratamiento, y el acúfeno puede mejorar al tratarlas.
Muchas personas no toleran los ruidos de alta intensidad y no pueden estar en sitios donde hay mucho ruido. Este síntoma se conoce como hiperacusia y se observa en mas del 65% de las personas con acúfeno severo. Son individuos que consultan mucho al médico por su acúfeno, buscando una solución a su problema. La relación entre hiperacusia y demencia no ha sido investigada.
Los acúfenos se asocian con sordera y enfermedades neurodegenerativas
Los acúfenos se consideran un síntoma leve asociado al envejecimiento y a la pérdida progresiva de neuronas. Esto explica que, en la tercera edad, hipoacusia neurosensorial y acúfenos suelan ir asociados.
Un estudio epidemiológico realizado en Taiwan y publicado en la revista Scientific Reports sobre 12 647 pacientes con enfermedad de Alzheimer o párkinson, y 25 314 individuos utilizados como controles, demostró que el acúfeno aumenta el riesgo de enfermedades neurodegenerativas. Así, las personas con acúfenos tienen un riesgo 1,54 veces mayor de presentar alzhéimer y 1,56 veces superior de desarrollar párkinson pasados 10 años.
Por si fuera poco, el estudio concluye que existen otras enfermedades que aumentan este riesgo para la enfermedad de Alzheimer, concretamente la diabetes y los traumatismos craneales.
Con todo y con eso, este estudio tiene algunas limitaciones y así lo reconocen los autores. Para empezar, no contiene información sobre la historia familiar de Alzhéimer o Parkinson, el nivel de educación o factores ambientales (como la exposición a pesticidas o metales pesados), que son factores de riesgo de las enfermedades neurodegenerativas.
Cómo prevenir los acúfenos y la pérdida de audición
La clave es la prevención. Vivimos en un mundo ruidoso. La contaminación acústica en nuestra casa, en nuestras ciudades y en el trabajo es la causa principal de acúfenos y pérdida de audición. La exposición al ruido ambiental en la calle debido al tráfico, o en el medio laboral, aumenta el riesgo de sordera y ruidos en el oído. Y lo mismo ocurre con la escucha frecuente de música con auriculares a una intensidad elevada.
El tratamiento de los acúfenos, objeto de investigación
Los acúfenos se asocian a distintas enfermedades y, en consecuencia, el tratamiento debe ser personalizado. La Unión Europea ha financiado varios proyectos de investigación para la búsqueda de tratamientos más eficaces para los pacientes con acúfenos.
Sin ir más lejos, el proyecto H2020 UNITI está realizando estudios del genoma humano en pacientes con acúfenos para buscar posibles genes implicados en su aparición. Además, UNITI es un ensayo clínico que compara distintos tratamientos (terapia sonora, terapia cognitivo-conductual) para determinar el más adecuado para cada paciente. El objetivo es conocer los factores predictivos de respuesta al tratamiento y desarrollar un programa informático que permita elegir el mejor tratamiento para cada persona.
José Antonio López Escamez, Profesor Contratado Doctor Otorrinolaringologia del Departamento de Cirugía y sus Especialidades, Universidad de Granada
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.