Una reciente investigación de científicos españoles ofrece nuevos datos sobre la relación entre la vitamina D y la enfermedad covid-19.
Los resultados muestran que los niveles bajos de vitamina D fueron más frecuentes en un grupo de 216 pacientes hospitalizados por covid-19 en un hospital de Santander, norte de España.
Los niveles de vitamina D de estos pacientes fueron más bajos en comparación con 197 personas que no estaban ingresadas en el hospital, sin registro de la enfermedad.
Más precisamente, se encontró deficiencia de vitamina D en el 82,2% de las personas hospitalizadas, frente al 47,2% en el grupo de control, es decir, el grupo de personas no hospitalizadas que se utilizó como comparación.
Entre las personas hospitalizadas que analizó el estudio, aquellas con niveles bajos de vitamina D presentaron un mayor porcentaje de hospitalización en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI).
Las personas con bajos niveles de vitamina D tuvieron un porcentaje de hospitalización de 26,6%, frente a un 12,8% de aquellas que tenían niveles satisfactorios de la vitamina.
El tiempo en el hospital también fue más largo, 12 días frente a 8.
Sin embargo, en relación con la mortalidad por covid-19, la diferencia no fue significativa, lo que puede tener que ver con limitaciones en los datos o los métodos de esta investigación en particular.
Los investigadores advierten también de que sus resultados se limitan solamente al hospital Marqués de Valdecilla, en la ciudad de Santander, y no pueden generalizarse a otros países, contextos y etnias.
Los autores del estudio, miembros de la Universidad de Cantabria y del Hospital Marqués de Valdecilla, advierten que lograron demostrar una asociación entre la presencia de vitamina D y covid-19, pero no una causalidad.
Es decir, no es posible afirmar que la deficiencia de vitamina D conduce a la enfermedad, o que el refuerzo de vitamina D puede proteger contra la enfermedad.
El estudio aclara que los niveles más bajos de vitamina D ya tienden a encontrarse con mayor frecuencia en los ancianos y personas con enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes y cáncer, que a su vez también son factores de riesgo para la covid-19.
En el estudio, los hospitalizados con covid-19 y con niveles bajos de vitamina D tenían más probabilidades de tener también enfermedades crónicas.
“Los niveles de vitamina D deben interpretarse con precaución, ya que la población en riesgo de infección severa por Sars-CoV-2 es probablemente la misma que tiene riesgo de deficiencia de vitamina D”, dice el artículo.
Esta deficiencia se considera común en el mundo por razones aún en estudio.
La vitamina D ayuda a regular la cantidad de calcio y fostato en el cuerpo, que son necesarios para mantener los huesos, los dientes y los músculos saludables.
La vitamina D, ya presente en nuestro organismo, se activa cuando nos exponemos al sol, pero también se puede adquirir a través de alimentos como el pescado, la carne y los huevos.
También existe la posibilidad de los suplementos, pero las asociaciones médicas solo lo recomiendan en casos específicos: personas mayores de 60 años; mujeres embarazadas y lactantes; personas con osteoporosis; personas con las llamadas enfermedades osteometabólicas, como el raquitismo; o en países en los que en algunas épocas del año las persona no tenga suficiente exposición al sol.
Los niveles bajos de vitamina D ya se han relacionado con otras enfermedades virales, como la influenza, el VIH y la hepatitis C, por lo que esta asociación se encuentra en pleno estudio en el campo científico.
Los investigadores de todo el mundo también buscan comprender el papel de la vitamina D en el sistema inmunológico.
Para el equipo español, los resultados de su estudio indican que potenciar la vitamina D puede ser importante para los grupos de riesgo, como las personas mayores vulnerables a fracturas, osteoporosis y pérdida de masa muscular.