Correr es una actividad accesible para la mayoría de las personas, sin embargo, comenzar a hacerla de forma competitiva o para bajar de peso es otro cantar. Para que no te desgastes sin lograr tus objetivos, debes tomar algunos factores en cuenta.
Si vas a empezar a correr, deberías evitar algunos factores que podrían arruinar tus sesiones.
Si tienes ropa que se te suba, se te baje o te incomode de alguna manera, perderás los minutos de tu entrenamiento en acomodártela. Además, podrías distraerte y lastimarte al cruzar la calle o andar sobre una superficie irregular.
Si quieres cargar tu celular, una botella de agua o tus llaves, lleva una cangurera o ropa con compartimientos especiales. No debes tener tus manos ocupadas mientras corres porque aumentarás la tensión a tu cuerpo, especialmente en los hombros.
Mucha gente suele correr temprano o después de trabajar. Hay quienes tienen más energía en la mañana y quienes la tienen cuando ya oscureció.
Si eres una persona madrugadora, pídele a alguien que te acompañe para que te obligues a salir de la cama, de lo contrario querrás seguir durmiendo. Si piensas hacerlo en la noche, cómete un plátano o una bebida de proteínas para que tengas energía después de la jornada laboral.
Una ruta circular te ayudará a terminar la carrera. No te perderás y te sentirás motivado a acabar para llegar a casa. Lo ideal para quienes comienzan es un intervalo de 10 a 20 minutos.
Camina unos minutos antes para calentar tus articulaciones, también puedes hacer unos pequeños estiramientos. Empieza a trotar a un paso que puedas mantener y sé consciente de tu respiración, no la contengas. Si crees que no puedes hacer toda la ruta completa, haz intervalos de 5 minutos de trote.