El consumo excesivo de grasas es una de las principales causas de sobrepeso, enfermedades cardíacas y otros desordenes metabólicos. Todos estos pueden causarnos complicaciones de salud y disminuir la calidad de vida.
Aunque hay grasas saludables que le sirven al organismo como fuente de energía, la mayoría de personas consumen las de tipo saturadas o trans. Lamentablemente, estos producen efectos negativos en la salud.
Lo más preocupante es que los consumidores ignoran su presencia en muchos productos alimentarios del mercado. Por lo tanto, no controlan las porciones, ni la forma de prepararlos.
Como consecuencia de esto se presentan dificultades para mantener un peso equilibrado y sano, inclusive si se adoptan otros hábitos saludables como el ejercicio físico.
¿Cómo empezar a limitar el consumo de grasas? ¿Qué hacer para tener una dieta más saludable? Si bien no es fácil modificarlo de la noche a la mañana, hay algunos sencillos consejos que pueden facilitarlo.
No se trata de eliminar por completo las carnes de la deita. De hecho, este alimento se recomienda como una de las fuentes principales de proteínas.
La cosa es que muchos acostumbran a comerlas en porciones exageradas. Adicional a esto, eligen cortes que contienen grasas dañinas para el cuerpo.
2. Evita las salsas y aderezos
Las salsas y aderezos comerciales pueden ser útiles para mejorar el sabor de muchas recetas; sin embargo, su uso excesivo está desaconsejado, ya que contienen demasiada grasa y añadidos químicos.
Estamos de acuerdo en que le dan un toque muy sabroso a los platos. Sin embargo, su contenido calórico es alto y pueden arruinar por completo la dieta.
Muchos de los productos que contienen demasiadas grasas saturadas y trans se pueden reemplazar por alternativas más saludables, con menos calorías.
¿Por qué no sustituirlos ahora mismo? Si bien puede variar el sabor y la forma de preparación, estas opciones son una buena manera de mejorar la dieta.
Las grasas trans suelen encontrarse en productos de origen animal. Por este motivo, para tener una dieta más balanceada y ligera en calorías, lo mejor es incrementar el consumo de frutas y vegetales.
Estos alimentos están llenos de nutrientes esenciales que benefician el organismo. Son bastante saciantes y pueden controlar esos “picoteos” que hacen fracasar la dieta.
El método de cocción también tiene mucho que ver en la calidad del plato. Cuando hay demasiadas frituras, el consumo de grasa incrementa y, por ende, hay una gran interferencia en los efectos de la dieta.
Las carnes embutidas, las frituras de paquetes y la bollería industrial son algunos ejemplos de los alimentos procesados que deben excluirse de la dieta regular.
Son deliciosos y suelen estar frescos la mayor parte del tiempo; no obstante, contienen demasiadas grasas saturadas y compuestos añadidos que perjudican la salud y el peso.
Con información de: MejorConSalud