Los antitranspirantes, que contienen altas dosis de clorhidrato de aluminio, taponan los conductos sudoríparos. Son efectivos en casos leves de hiperhidrosis.
La inyección de toxina botulínica (botox) en las palmas y las axilas produce mejorías temporales de los síntomas.Es necesario aplicarla repetidamente para mantener controlada la enfermedad, pues su efecto no dura más de seis meses.
Los menjurjes a base de limón, vinagre o alumbre no son aconsejables pues su efectividad es baja y pueden causar irritaciones serias en la piel. El único remedio casero para sudoración moderada es la leche de magnesia (hidróxido de magnesio).
El aseo diario, en la mañana y en la noche, de las zonas afectadas por la hiperhidrosis, ayuda a disminuir los malos olores.
Cuando ni la limpieza ni los antitranspirantes surten efecto, los antibióticos tópicos como la clindamicina, eritromicina y neomicina (en cremas y lociones).
Sirven para combatir la bromhidrosis, o hedor corporal penetrante que se produce por la degradación de las bacterias contenidas en el sudor.
La extirpación de las glándulas sudoríparas a través de un procedimiento quirúrgico es una alternativa para acabar con el sudor excesivo en las axilas.
La electrólisis o iontoforesis se recomienda en casos poco sintomáticos y produce mejorías temporales en manos y pies.
Consiste en un procedimiento en el que se transmite electricidad a través del agua para cerrar temporalmente la glándula sudorípara. La terapia requiere varias sesiones.
Consiste en la cauterización de la cadena simpática a cada lado del tórax. Esta cura la hiperhidrosis casi en un 100%. Se realiza en una sala de cirugía bajo anestesia general.
Los resultados son variables, según cada paciente y el grado de sudoración.
Con información de: Revista Cromos