A 10 minutos para el descanso, con el marcador favorable a los argentinos por 2-0, goles anotados por Sergio Agüero y Paulo Dybala, Messi y Medel lucharon por un balón que se perdía por la línea de fondo.
Nadie olvida la final de la Copa América Centenario de 2016 en Estados Unidos, en la que poco después de perder contra Chile -él mismo erró en la tanda de penales- anunció en el estadio que abandonaba a la Albiceleste.
La presión es grande. El último gran trofeo de la bicampeona mundial Argentina llegó hace 26 años, en la Copa América de Ecuador-1993, y todavía resuena el eco de las finales continentales perdidas contra Chile en 2015 y 2016.
El estadio Mineirao fue escenario de una batalla sin cuartel. La Canarinha de Tite hizo respetar la casa con inspirado Gabriel Jesús que abrió el marcador a los 19 minutos. Sería el atacante del Manchester City quien habilitaría después a los 71 minutos a Roberto Firmino.
Argentina sigue sin despegar y Lionel Messi vuelve a estar en la mira de todo el mundo, a pesar de que no pudo ser desequilibrante, volvió a quedar demostrado que no encuentra la ayuda que necesita de sus compañeros.
Y al mejor jugador del mundo le asiste la razón, al menos en lo de que el árbitro no fue a consultar las imágenes de televisión, al contrario de lo que ha sido norma durante todo el torneo.