Tragos y puros, así celebraron el día de Maximón
Cientos de guatemaltecos abarrotaron este viernes un pequeño templo para adorar a Maximón o San Simón, un santo popular producto del sincretismo religioso. Venerado también por prostitutas, pandilleros y miembros del crimen organizado.
La singular fiesta se celebra cada 28 de octubre de San Andrés Itzapa, Chimaltenango, a unos 40 km al oeste de la capital de Guatemala, en honor al singular santo que no tiene el reconocimiento de la Iglesia católica.
Los fieles hacían largas filas para llegar al santuario donde permanece la imagen del santo de madera, sentado en una silla y vestido con traje negro, camisa azul, corbata morada y sombrero.
En estos días de peregrinación, el santo está cubierto con un plástico transparente, pues es costumbre que los fieles le lancen escupitajos de aguardiente a la cabeza y la cara, antes de suplicarle milagros y favores como salud, amor y dinero.
Por los favores concedidos, como muestra de agradecimiento, los creyentes le lanzaban billetes de diferentes denominaciones y le dejaban raciones de comida.
Los rituales en torno a la fiesta del santo evidencian su carácter sincrético: altares con frutas, flores y puros artesanales, velas y licor, combinan elementos de los cultos católico e indígena.
El olor del tabaco y el aguardiente se mezcla con el de las hierbas aromáticas que esparcen los “brujos” para alejar a los malos espíritus y atraer la prosperidad.
Maximón, “el imparcial”
Los guías espirituales explican que San Simón recibe a todos, es imparcial y justo con sus seguidores por lo que es frecuente hallar entre los visitantes a prostitutas, narcotraficantes y pandilleros.
Este viernes, entre los devotos había un grupo de seis hombres y dos mujeres que, por sus tatuajes y vestimenta, se revelan como integrantes de la violenta Mara Salvatrucha.
Una de las mujeres le dio de tomar aguardiente a la imagen y le mojó la cabeza, mientras le decía palabras de amor y le hacía ver que estaba “cumpliendo como años anteriores” con visitarlo para agradecerle por “lo bueno y malo que me has dado durante el año”.
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