Las autoridades de California están investigando cómo un grupo de migrantes fue trasladado en un avión chárter a Sacramento desde Texas este fin de semana.
16 migrantes de Colombia y Venezuela fueron dejados frente a una iglesia de Sacramento el viernes.
Los documentos en su poder revelaron que fueron transportados allí por un contratista del gobierno de Florida.
Es posible que los migrantes hayan sido engañados con falsas promesas e incluso secuestrados, afirmaron líderes del estado de California.
“Explotar a seres humanos vulnerables para ganar puntos políticos es pequeño, débil y vergonzoso”, escribió en Twitter el fiscal general de California, Rob Bonta.
En una declaración anterior, dijo: “El secuestro autorizado por el Estado no es una opción de política pública, es inmoral y repugnante“.
La oficina de Bonta dijo que el grupo fue transportado desde Texas a Nuevo México, voló en un jet privado a Sacramento y fue llevado a la Diócesis Católica Romana, una iglesia local.
Los papeles que compartieron los migrantes con las autoridades indican que estaban participando en el sistema de transporte de migrantes administrado por la División de Gestión de Emergencias de Florida y ejecutado por el contratista Vertol Systems Company Inc, con sede en Florida.
Desde el año pasado, Florida y al menos otros dos estados gobernados por republicanos han mandado buses llenos de migrantes, a menudo sin previo aviso, a ciudades gobernadas por demócratas en protesta por las políticas del presidente Joe Biden en torno a la afluencia de migrantes en la frontera sur de Estados Unidos.
Vertol, que tiene vínculos con el gobernador de Florida, Ron DeSantis, cobró el año pasado al menos 1,6 millones de dólares por al menos dos vuelos de migrantes, uno de ellos a Martha’s Vineyard, una isla en Massachusetts.
DeSantis aspira a la candidatura presidencial republicana en 2024.
PICO California y Sacramento ACT, dos grupos religiosos de voluntarios que están ayudando a los sudamericanos, dijeron a los medios de comunicación estadounidenses que el grupo fue abordado fuera de un centro de migrantes en la ciudad fronteriza de El Paso, Texas, por personas que les ofrecieron trabajo y otro tipo de apoyo.
Los dejaron en la puerta de la iglesia sin saber dónde estaban y con sólo una mochila de pertenencias personales cada uno, dijeron los voluntarios.
El gobernador de California, Gavin Newsom, declaró el sábado que él y Bonta se habían reunido personalmente con el grupo.
Se comprometió a garantizar que sean “tratados con respeto y dignidad, y que lleguen a su destino previsto mientras avanzan sus casos de inmigración”.
“Estamos investigando si los organizadores del viaje del grupo engañaron a alguien o infringieron la ley“, añadió.
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