Lula da Silva está en prisión desde que fue sentenciado en 2018. El viernes recibió un permiso temporal para que pudiera atender un asunto familiar.
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva recibió este viernes un permiso para salir de prisión.
El exmandatario solicitó autorización para abandonar la cárcel temporalmente por una tragedia familiar: la muerte de uno de sus nietos.
Arthur Aráujo, de 7 años, falleció víctima de meningitis este viernes y será enterrado el sábado en la ciudad de Sao Paulo.
Será la segunda vez que el presidente sale temporalmente de prisión, en la que cumple una sentencia de 12 años de prisión por cargos de corrupción, que él rechaza y que considera que tienen motivación política.
Lula da Silva, de 73 años, fue presidente de Brasil de 2003 a 2010, periodo en el que gozó de una gran popularidad en ese país y otros de América Latina.
Tenía la intención de contender por la presidencia en las elecciones del año pasado, pero quedó impedido por los procesos judiciales que había en su contra.
El mes pasado, un tribunal duplicó su sentencia después de declararle culpable de beneficiarse con trabajos de renovación de una casa construida por una empresa implicada en un escándalo de corrupción.
La posibilidad de que prisioneros salgan para participar en el entierro de familiares cercanos -cónyuge, hermanos, padres, hijos y nietos- está prevista en la Ley de Ejecución Penal brasileña.
En enero pasado, un hermano del expresidente falleció, motivo por el cual el político de 73 años había solicitado un permiso para asistir a su funeral.
Sin embargo, el Tribunal Supremo le denegó la petición hasta que el funeral estuvo en marcha.
En el caso de su nieto Arthur Araújo, la decisión fue tomada por la jueza Carolina Lebbos y el gobierno del estado de Paraná dijo que haría los arreglos para el viaje al funeral en Sao Paulo.
La ciudad está a unos 340 km de donde se encuentra recluido Lula da Silva, en la prisión federal de Curitiba, capital de Paraná.
Solo ha salido de ahí en una ocasión para cumplir un procedimiento judicial en noviembre pasado.
La de Lula fue la condena de más alto perfil de una extensa investigación anticorrupción conocida como Operación Lava Jato, calificada por el Departamento de Justicia de EE.UU. como “el mayor caso de soborno extranjero en la historia”.
Sus partidarios han alegado que el político es víctima de persecución política, por lo que su formación política, el izquierdista Partido de los Trabajadores, exige su liberación.
El actual presidente, Jair Bolsonaro, dijo a través de un video en octubre pasado que espera que Lula “se pudra en la cárcel”.