California enviará tropas de su Guardia Nacional a la frontera con México, acatando la orden del presidente Donald Trump de militarizar la zona, pero aclaró que no hará las veces de policía migratoria como ordena su ley "santuario".
El gobernador Jerry Brown comunicó el miércoles su decisión de movilizar 400 efectivos por todo el estado en una carta enviada a la secretaria de Seguridad Nacional Kirstjen Nielsen, y el de Defensa Jim Mattis, en la que traza los límites de su misión.
“Seamos bien transparentes”, indicó Brown. “Ésta no será una misión para construir el muro, no será una misión para acorralar a mujeres y niños o detener personas escapando de la violencia y buscar una mejor vida. La Guardia Nacional de California no ejecutará las leyes federales de inmigración”.
California se proclamó en octubre pasado como estado “santuario”, en el que las policías locales no colaboran con las autoridades federales en el arresto de inmigrantes ilegales.
El gobierno Trump denunció la “ley santuario” en la justicia y varias ciudades conservadoras se unieron al recurso.
El gobernador demócrata no especificó si los 400 soldados serían desplegados en la frontera, donde actualmente hay 50 de un contingente de 250 activos a los largo del estado.
La operación estará enfocada en “apoyar operaciones contra pandillas criminales trasnacionales, traficantes de personas y contrabandistas de armas y drogas en la frontera y a lo largo de todo el estado”, indicó la comunicación.
La Guardia Nacional es una fuerza de reserva estadounidense que depende de los estados.
California se une a otros estados fronterizos como Texas y Arizona, que acataron la orden de Trump de enviar entre 2.000 y 4.000 militares a la frontera sur, que, según el presidente, podrían permanecer allí hasta que sea construido su famoso muro.
Texas enviará más de 1.000 efectivos, iniciando con un contingente de 550 ya activado, mientras que Arizona movilizó a 225.
La decisión fue anunciada tras el rechazo del presidente a una caravana de migrantes centroamericanos en territorio mexicano que se proponía llegar a la frontera con Estados Unidos.
Y Brown –un ferviente opositor a las políticas impulsadas por Trump, sobre todo en temas migratorios, armas y medio ambiente– destacó en su texto que “no hay una masiva ola de inmigrantes en camino a California”.
Aunque el año fiscal 2017 reportó el menor número de detenciones de indocumentados en cinco años, el freno duró apenas unos siete meses y hoy los indocumentados están llegando a niveles similares a los de 2014-2016.
Solo en marzo, fueron capturadas en la frontera suroeste 50.000 personas, tres veces más que en el mismo mes del año anterior, indicaron cifras entregadas a la AFP por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
Un despliegue de 4.000 miembros de la Guardia Nacional en la frontera representaría un contingente mayor que el que Estados Unidos mantiene en Siria, y equivalente a la mitad de los soldados que continúan en Irak.
Brown destacó que participó en el despliegue similar de la Guardia Nacional ordenado en 2006 por el presidente George W. Bush, y en 2010 por Barack Obama.
Otra operación se hizo en 2008 también en el gobierno Bush, que el gobernador no mencionó.