La policía israelí recomendó este domingo inculpar al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y a su esposa Sara en un tercer caso de corrupción, una decisión que pone un poco en riesgo al jefe del gobierno y a su frágil coalición.
Netanyahu es sospechoso de haber hecho favores gubernamentales al grupo de telecomunicaciones Bezeq, que le habrían supuesto millones de dólares, a cambio de obtener una cobertura informativa favorable en Walla, una web de información del grupo.
La fiscalía general deberá ahora decidir si le inculpa por “sobornos”, “fraude” y “abuso de confianza”. En el caso de su esposa, la policía recomienda el cargo de “obstrucción” de la justicia.
En un comunicado, el primer ministro rechazó las conclusiones de la policía. “Estoy seguro que en este caso, las autoridades competentes, tras haber examinado la cuestión, llegarán a la misma conclusión: que no hubo nada porque no hay nada”, escribió Netanyahu.
Entre 2012 y 2017, el primer ministro y su entorno “intervinieron en el contenido publicado por la web de información ‘Walla’ e intentaron influir en el nombramiento de personas”, explicó la policía en un comunicado.
Su objetivo era que se publicaran “artículos y fotos halagadores y suprimir el contenido crítico contra el primer ministro y su familia”, indica el comunicado, que resume las conclusiones de la investigación.
Durante la reunión semanal este domingo del gobierno, los ministros del Likud (derecha), el partido de Netanyahu, expresaron su apoyo al jefe de gobierno. “Muchas gracias pero tienen que tomarse este asunto más en serio de lo que yo me lo tomo”, respondió.
Desde la oposición, el jefe de los laboristas, Avi Gabbay, pidió la dimisión de Netanyahu.
Por su parte la líder del partido de izquierda Meretz, Tamar Zandberg, pidió en Twitter “organizar elecciones ahora” porque según ella el primer ministro está acusado del “delito más grave de la ley israelí”.
El gobierno de Netanyahu ya solo tiene una pequeña mayoría de un escaño en el parlamento (61 diputados de un total de 120), consecuencia de la dimisión el 14 de noviembre del ministro de Defensa, el nacionalista Avigdor Lieberman, y de la posterior retirada de la coalición de su partido Beitenu.
Al mismo tiempo, Netanyahu está a punto de batir el récord de primer ministro con más tiempo en el cargo, donde llegó en 2009, y sigue siendo popular frente a una oposición que no parece tener capacidad de derrotarle en las urnas.
Las elecciones están previstas para noviembre de 2019 pero podrían celebrarse anticipadamente.
En febrero, la policía ya recomendó inculpar al primer ministro en otros dos casos.
En el primero, se sospecha que Netanyahu y algunos miembros de su familia habrían recibido hasta un millón de séqueles (285.000 dólares), así como puros, champán y joyas por parte de gente muy rica a cambio de favores financieros o personales.
En el segundo caso, los investigadores creen que el primer ministro intentó cerrar un acuerdo con el propietario del diario Yediot Aharonot, uno de los más importantes de Israel, para obtener una cobertura más favorable sobre su gestión.
Con información de: AFP