Desierto de Sonora, Arizona, una de las zonas más porosas de la extensa frontera entre Estados Unidos y México y fuente de numerosas historias trágicas.
Pero Richard Montoya y sus compañeros de la compañía de teatro Culture Clash encontraron allí también algo de comedia, y esa dicotomía la reflejaron en su obra “Bordertown”, que se estrenó por primera vez hace 20 años y volvió con tanta vigencia como entonces en medio de la cruzada del presidente Donald Trump contra la migración ilegal.
“El desierto puede cambiar radicalmente cosas que son muy dolorosas a cosas cargadas de humor”, dijo a la AFP Montoya. “Es una comedia dramática”.
Montoya -que creó la obra con Ric Salinas y Herbert Siguenza- describe el trabajo como un documental, “docu-teatro” o “teatro periodístico”, pues la presentación está inspirada en entrevistas a diversos actores del lado estadounidense de la frontera de Arizona: desde el paramilitar anti-inmigrante hasta la mujer deportada que quiere reunirse con su hijo estadounidense.
La inmigración siempre ha sido un tema que divide y polariza a Estados Unidos, pero la llegada de Trump al poder -con la promesa de deportar a millones de indocumentados- avivó el tema.
Su política de “tolerancia cero” llevó a la separación de más de 2.000 niños de sus padres y generó tanto estupor, que el mandatario debió dar un paso atrás en la medida.
En medio de la polémica, la televisión pública PBS transmitirá en el otoño boreal esta obra y varios otros documentales inspirados en el tema.
Unas 100 entrevistas se condujeron para la primera edición, de 1998, y otras 20 para esta que se presenta en Pasadena, vecina a Los Ángeles, hasta el domingo, y que debe seguir a otras ciudades de Estados Unidos.
¿Qué ha cambiado?
“Me gustaría decir que mucho ha cambiado, pero era bastante intenso hace 20 años, con ‘minutemen’ [milicias anti-inmigrantes] en la frontera, especialmente en San Diego”, donde nació Montoya, hijo de activistas de la organización de trabajadores agrícolas UFW.
“El estadounidense promedio está muy desinformado” sobre el tema. “Espero que estén escuchando”, añadió.
El escenario en la obra está compuesto por muros similares a los ya existentes en la frontera con México y con algo de la barrera “impenetrable” prometida por Trump.
El primer acto, si bien tiene diálogos con mucho humor, es aterrador.
Dos hombres -Montoya y Salinas- son acorralados por un miliciano -Sigüenza- que los apunta con un rifle y los llama “mojados”, un término peyorativo para referirse al inmigrante ilegal. Algo así le ocurrió al grupo durante el trabajo de campo.
“Nos confundían, nos preguntaban por el pasaporte”, narró. “Una necesidad de probar cuán estadounidenses éramos”.
Joshua Bennett produjo dos documentales que transmitirá también PBS, uno de ellos centrado en los “comandos”, un centro médico de rescate en El Salvador, que resiste al reino de horror que viven miles por los enfrentamientos de las pandillas MS13 y Barrio 18.
La historia se centra en el asesinato a tiros de uno de sus voluntarios, que aún no cumplía los 15 años.
Se estima que medio millón de salvadoreños -en un país de poco más de 6 millones de habitantes- son miembros de pandillas o tienen conexiones con el crimen organizado.
Y tan solo en 2016, 540 personas fueron asesinados en ese país como parte de la guerra de pandillas que ha desatado el desplazamiento hacia Estados Unidos.
“Contar historias humanas es sumamente importante en este momento”, dijo Bennett. “Proporcionan un contexto que es esencial”.
El otro documental, co-dirigido por Juliana Schatz-Preston y titulado “Towards the North”, cuenta la historia de un pequeño refugio en Tapachula, México, donde una mujer y su hija buscan cruzar la frontera huyendo de la violencia de pandillas en Honduras.
PBS también transmitirá un documental sobre una familia huyendo de Alepo, Siria, a Berlín, y otro sobre tres beneficiarios del programa DACA que protege de la deportación a indocumentandos llevados a Estados Unidos de niños.
“The Unafraid”, que cerró el festival de cine de derechos humanos de Nueva York, sigue la vida de estos muchachos enfrentados al estado de Georgia, que les prohibió estudiar en las mejores universidades y recibir beneficios de matrícula en las instituciones públicas.
Con información de: © Agence France-Presse