Un hijo, un papá, un sobrino, una esposa, un cuñado o amigo arribaron en los dos vuelos de deportados que llegaron al país este martes. Algunos señalaron que dejaron su vida en Estados Unidos y aseguraron que intentarán regresar de inmediato.
Mientras se reencontraron con toda su familia, a quienes tenían más de 15 años de no ver, otros narran lo que vivieron en “las hieleras” o centros de detenció. Los connacionales lo describen como una de las peores experiencias que han vivido.
Así son deportados los guatemaltecos que no logran el sueño americano