Las manifestantes vestían de riguroso luto, y algunas de ellas llevaban en sus brazos ramos de flores, que más tarde fueron depositados en los lugares donde murieron los estudiantes.
Inicia la manifestación
A las 17.10 horas después de entonar las notas del Himno nacional, en rigurosas columnas, las manifestantes, emprendieron la marcha sobre la sexta avenida hacia el palacio nacional. Unos cuarenta metros adelante del cine Capitol, un grupo de siete soldados al mando de un oficial del ejército, intentó interceptar el paso del numeroso grupo. Varias mujeres manifestaron a los representantes de la fuerza pública que si querían cobrar nuevas víctimas y mancharse de sangre las manos, sus pechos estaban prestos a recibir sus balas.
Los elementos del ejército que quisieron disolver la marcha, optaron momentos después por dejar el paso libre. En la esquina de la 11 calle y 6a. avenida, frente a la placa conmemorativa de los caídos en 1956, se efectuó el primer paro y el primer minuto de silencio.
Durante el recorrido, centenares de personas de todas las clases sociales se sumaron a la manifestación, haciendo más completas las filas.
Llegada al Palacio Nacional
Después de entonar nuevamente el himno nacional, frente a la entrada principal del palacio, varias personas tomaron la palabra para manifestar que “con la misma dignidad con que llevaron al presidente Ydígoras a la presidencia, con esa misma dignidad esperaban renuncie”. “Ya no queremos sangre”, era el grito general. “Han matado a nuestros hijos, niños y ancianos. El pueblo no sólo está con hambre, sino que ha derramado su sangre”, dijo una de las oradoras.
Paros consecutivos
Las dirigentes de este acalorado movimeinto, anunciaron frente al palacio, que las manifestaciones serán consecutivas y durarán media hora frente al principal edificio de la administración pública. Además dijeron que el presidente Ydígoras no es capaz de gobernar con la paz y que por eso las mujeres se habían unido al clamor nacional de pedirle que deje el poder.
¡Que renuncie!
Cuando varios oradores tomaron la palabra frente al despacho presidencial, sobre la sexta avenida, sus discursos con las frases: ¡Que renuncie! ¡Que renuncie!, y algunos otros epítetos contra Ydígoras y sus más cercanos colaboradores.
La manifestacion transcurrió sin sobresaltos y bajo la mirada de la policía nacional que se limitó a evitar algún desorden.
Hacia el Congreso
Luego de pasar por la plaza central la manifestación se enfiló hacia el Congreso de la República y la facultad de Derecho de la Usac donde pidieron mediante consignas la renuncia del presidente. Lo mismo sucedió al llegar a la Corte Suprema de Justicia.
Comerciantes se adhieren
La Asociación general de comerciantes se adhirieron a la solicitud de renuncia al presidente Ydígoras Fuentes. Ésta solicitud fue respaldada por el Consejo Superior Universitario, la Asociación de Estudiantes Universitarios, del Concejo Municipal, los Colegios Profesionales, la Asociación de Periodistas de Guatemala y otras entidades.
Los comerciantes en su pronunciamiento indicaron que en caso omiso de resolver su solicitud, usarían medidas de hecho como paros parciales, cierres generales, etc.
Las manifestaciones fueron medidas de presión para que Ydígoras dejara el poder. Al final fue depuesto por un golpe de Estado encabezado por su ministro de la defensa, el general Enrique Peralta Azurdia el 30 de marzo de 1963.
Documental sobre las jornadas de marzo y abril de 1962. (Video: Youtube)
