Ante la escasez de boletos presionaron la puerta principal, la que, pese a su resistencia por ser de estructura metálica, cedió ante la presión de las más de mil personas. Comenzaron los conflictos entre los asistentes, quienes querían entrar sin tener boleto. Mientras que otros lanzaron piedras a las instalaciones, por lo que los encargados del evento llamaron a la policía y a los bomberos.
Seis unidades de la policía nacional y cinco de los cuerpos de bomberos en acción conjunta, formaron una valla frente al gimnasio y usando lanza gases, lograron controlar la situación. Varias personas resultaron heridas y un niño de un año se intoxicó al inhalar gas lacrimógeno que lanzó la policía. El menor de edad era hijo de un vendedor de helados que se encontraba en la puerta del gimnasio.
Además, varias personas relataron que sufrieron robos de sus boletos y otras pertenencias, como relojes, mientras estaban entre la multitud.