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Altares cuaresmales: lugares sagrados

Los altares, huertos, sagrarios y velaciones son parte de las tradiciones de la Cuaresma guatemalteca.

Altar en la Basílica del Rosario, recuerda la suntuosidad de años pasados. (Foto: Néstor Galicia)

Altar en la Basílica del Rosario, recuerda la suntuosidad de años pasados. (Foto: Néstor Galicia)

En sus inicios, la evangelización en América necesitó de medios didácticos para que la población indígena e, incluso la española analfabeta, asimilara el catolicismo.

Para lograrlo, los religiosos incorporaron elementos propios del nuevo mundo, y así facilitar el aprendizaje de la nueva doctrina cristiana.

El libro Contemplaciones, en su capítulo que se refiere a los Espacios Sagrados de la Cuaresma y Semana Santa, relata que mediados del siglo XVI y bajo las reglas propuestas por los concilios realizados en México y aprobados por la Santa Sede en 1589, se lanzó un plan de evangelización en Mesoamérica. Esto implicó la fundación de nuevos templos, células iniciales de educación de las cuales surgieron los colegios mayores y las universidades.

La edificación de los templos resultó ser un medio visual que de forma magistral narraba evangelios, dogmas de la iglesia, imágenes de seres angelicales, así como la historia de las órdenes religiosas que las erigieron. Algo efectivo para la fijación del cristianismo, según explica la licenciada en Historia Ofelia Déleon, autora de este capítulo, fue el calendario litúrgico cristiano católico, el cual marcaba las fechas simbólicas y actos religiosos que debían guardarse como la Semana Santa, Navidad, Corpus Christi y otras devociones y ejercicios espirituales.

En este contexto, agrega la historiadora y folclorista, surgen los altares, huertos, sagrarios y velaciones que forman parte de los espacios sagrados de la Cuaresma y Semana Santa. Estas manifestaciones culturales son únicas en su género, no solo por la complejidad de elementos que ayuda a constituir representaciones propias de la cosmovisión del guatemalteco, sino porque evidencian un pasado histórico, enlazado a una nueva generación que vive y valora sus tradiciones.

Centros religiosos

Durante siglos el altar fue el elemento más importante de la casa, ante el cual la familia efectuaba sus devociones y, progresivamente, se fueron instalando en los lugares dedicados al culto y centralizándose. En Guatemala se presentan modelos creados a partir del juego de cortinajes, que, dispuestos sobre estructuras de madera o metal, sirven como marco del espacio en el que se exponen imágenes para el culto de la feligresía católica.

Se mencionan los altares en diversas referencias documentales desde finales del siglo XVI hasta el XX. El historiador, Gonzalo Mejía Ruiz, según se lee en Contemplaciones, señala que la mención más antigua que encontró sobre un altar corresponde al siglo XVIII. El 13 de junio de 1701, los recoletos tomaron posesión de su primer templo y convento, para lo cual llevaron a cabo una procesión con el Santísimo Sacramento. “El ayuntamiento se asoció a este acto, poniendo un hermoso altar en la esquina de su palacio con gran lujo de cortinas, de flores y de velas que costaron tres mil maravedises (moneda española)”, apunta Mejía.

El manejo del espacio, los elementos decorativos, la profundidad y la iluminación del altar crean efectos teatrales para la recreación de las escenas, en las que la imagen de veneración es el centro de atención. En épocas recientes, algunos altares tipo telón han presentado efectos sonoros, como el canto de aves o un río que corre. En torno a las velaciones donde se aprecian estos altares también se desarrollan otras actividades, como conciertos de marchas en las afueras de los templos, ventas de comida tradicional que hacen las delicias de quienes los visitan

Para el Jueves Santo, los altareros, hermandades o asociaciones confeccionan los sagrarios o monumentos al Santísimo Sacramento, en los cuales el sacerdote deposita las formas sagradas al finalizar la misa de la Cena del Señor. En ésta también se celebra el lavatorio de los pies. Al terminar se lleva a cabo la procesión con el Santísimo Sacramento hasta ponerlo en el lugar preferencial del altar. Allí permanece para la veneración de los fieles hasta el Viernes Santo. En el municipio de Salcajá, los oficios de la Cena del Señor se realizan en el templo de Nuestra Señora del Carmen, mientras que el Sagrario o Monumento se construye en el templo de San Luis, rey de Francia.

En el imaginario cristiano católico conmemoran el tiempo en que Jesús padeció el cautiverio, desde el momento en que Judas lo traiciona y entrega a las autoridades romanas, hasta el momento en que toma la cruz y recorre la vía dolorosa que lo lleva al Calvario. Para los fieles, el Jueves Santo por la noche implica visitar siete templos y en los sagrarios que exponen, realizar rezos para cumplir con la adoración al Santísimo Sacramento.

Ofrenda al Señor

El huerto es una variante de altar, que se aprecia en el interior de los templos o en las casas. Se caracteriza porque combina múltiples elementos en su confección: una alfombra de aserrín enmarcada con frutas, hortalizas y flores, provenientes de la cosecha de la temporada, presentándose como la ofrenda de los frutos de la tierra a la imagen de veneración.

En los templos, el costo del material que se emplea en la elaboración del huerto es financiado por los grupos encargados del culto a la imagen a la que se le dedica el altar o por los fieles. Las frutas y verduras más utilizadas por la época y la región pueden ser: zanahoria, melón, naranja, mango, piña, limón, sandía, naranja, marañón, papaya, güisquil, mandarinas, repollos.

Algunas personas donan arreglos y ramos de flores. Alrededor de los huertos se colocan candelas encendidas. Generalmente el huerto es parte imprescindible en las velaciones.

Las velaciones son ceremonias que se realizan en el interior de los templos. Por ejemplo, en Antigua Guatemala se prepara un espacio disponiendo un telón de fondo en el que se representa una escena bíblica, y como personaje central la imagen de devoción; se complementa el cuadro con un huerto, cortinajes, flores, candelas, incienso. La velación representa un ofrecimiento, un homenaje a las imágenes que saldrán en procesiones. Los Viernes de Cuaresma son preferidos para este tipo de actividades, que se prolongan hasta la medianoche.

En torno a la velación se desarrollan diferentes actividades, como conciertos de marchas, ventas de comida tradicional, y representa para las comunidades un verdadero acontecimiento, en el que también se dinamiza el comercio, turismo y interacción social. Originalmente las velaciones fueron actividades tanto para la ciudad como para el interior del país; en la actualidad son actos que perduran en los lugares del interior y es ahí donde presentan sus aspectos más tradicionales.

 

Tipos de altares

  • De cortinas. Telas dispuestas en lienzos de diferente largo y ancho se sobreponen sobre estructuras de madera o metal. Los colores se relacionan con aspectos litúrgicos.
  • De telones. Lienzos pintados, con carácter figurativo, en el que se ejecuta una escena, al centro de la cual se destaca la imagen de veneración.
  • Altares domésticos. Elaborados en casas particulares, combinando diversos elementos; al centro, la imagen de veneración o en un conjunto que presenta una escena que lleve a la reflexión.

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