Este reportaje muestra el ejemplo de las madres que tratan de salir de la adversidad. A través de sus relatos dan a conocer cómo le hacen frente a los obstáculos.
Dos trabajos para salir adelante
Trabaja de sol a sol con la esperanza de darle un mejor futuro a su familia. Clara Luz Molina labora en dos lugares: uno por la mañana y otro por la tarde, para obtener el sustento de sus tres pequeños, porque ella sola debe sostener su hogar.
Su pequeña Ana Gabriela, de 2 años, duerme en un cobertizo bajo la venta de calcetines y gorros. Clara Luz debe tener cerca de su negocio a la niña, porque no tiene a nadie que la cuide en la casa.
Durante la entrevista, la madre cuenta los esfuerzos que hace para “darle lo mejor” a sus tres hijos.
Por la mañana vende fruta en la zona 2, mientras su hijo José Miguel, de 13 años, atiende el puesto de ropa frente al mercado central. Por la tarde, mientras su hijo va a la escuela, ella se encarga de la venta.
“Los esfuerzos que hago son para que ellos tengan un futuro diferente al que yo tuve”, indica Clara Luz, quien desde pequeña migró desde Sololá para residir en la capital.
Ella, como la mayoría de mujeres que viajan al área metropolitana para trabajar, no tuvo la oportunidad de estudiar, por eso ahora trabaja mucho para que sus hijos puedan ir a la escuela.
“Me gustaría que mis hijos se pudieran graduar. Y cuando sean grandes, sepan que su madre nunca los abandonó y se esforzó para sacarlos adelante”, puntualiza.
Madre y padre de mis dos hijos
Desde hace cuatro años, Olga Lidia Paniagua se quedó viuda y con la responsabilidad de sacar adelante a sus dos pequeños. Para ello, trabaja diariamente, y al igual que muchas madres prefiere limitarse para darles todo a sus hijos.
A sus 29 años, Olga Lidia perdió a su esposo, Rudy, quien murió después de que una úlcera estomacal se le reventó. Acostumbrada a buscar el sustento de su familia en pareja, de la noche a la mañana se convirtió en madre y padre para sus hijos Lester Francisco y Ericka Noemí, ahora de 11 y 6 años.
Para cumplir con su responsabilidad, todos los días empieza a trabajar a las 6 de la mañana. Lava carros, vidrios y muebles en empresas y casas particulares.
“No siempre tengo trabajo, pero busco para ayudarme con algo, ya que debo mantener a mis hijos”, explica.
Olga cuenta con el apoyo de su madre, quien mientras ella trabaja se encarga de cuidarle a sus dos hijos. “Si ella no me apoyara no podría hacerlo sola”.
La joven madre dice que siempre piensa en el bienestar de sus pequeños. “Yo prefiero aguantarme con tal de que ellos coman y se vistan con lo mejor”, señala.
Así como ella, en el país hay miles de madres, que por diversas razones no cuentan con el apoyo paterno para la manutención o crianza de sus hijos. Son jefas del hogar con la responsabilidad moral y económica de sacar adelante a su familia.