A diferencia del espectáculo que ofrece la Navidad en otros países occidentales, en Belén estas fiestas son mucho más austeras, porque la ciudad no necesita vestirse de gala para celebrar esta fecha. No son necesarios árboles ni un Papá Noel en cada una de las esquinas de las calles, ni tampoco los Reyes Magos desfilando por la avenida principal. La propia ciudad con sus santuarios y su pasado hace que cualquier cristiano viva intensamente la Natividad del Señor.
Santuarios
En la Plaza del Pesebre o de la Natividad, el viajero puede disfrutar de las tiendas repletas de objetos religiosos tallados en madera de olivo y observar cómo los artesanos palestinos representan los principales santuarios de Tierra Santa y las escenas del nacimiento de Jesús.
En el corazón de la ciudad, frente a la plaza, se encuentra la Basílica de la Natividad, erigida por Santa Elena sobre la gruta donde la tradición cristiana sitúa el nacimiento de Jesús y que, a pesar de su actual deterioro, continúa siendo una de las más bellas de la cristiandad.
Los frailes franciscanos que viven en el monasterio contiguo muestran el interior de la Basílica, y en este magnífico itinerario se accede hasta la gruta del Niño conocido como el Pesebre o Altar de la Estrella. Cavado en una piedra rocosa, la Virgen María tras dar a luz al niño Jesús, lo colocó envuelto en pañales en esta concavidad, en forma de cuna, cuenta la historia. En la actualidad, un conjunto de candelabros rodean este lugar tan venerado por peregrinos.
Misa del Gallo
En la iglesia de Santa Catalina, cada 24 de diciembre, los franciscanos deleitan a los palestinos cristianos y a los peregrinos con la emotiva y tradicional Misa del Gallo.
Un centenar de frailes cantan el anuncio del nacimiento del Señor, mientras suenan las campanas y el órgano desgrana los primeros acordes festivos. En medio de lecturas y cantos navideños en diversas lenguas, el Patriarca de Tierra Santa descubre la imagen del Niño Jesús, colocada sobre un tronco de olivo al pie del altar.
Al finalizar la misa, comienza la procesión hacia la Gruta de la Natividad. El Patriarca con la imagen del Niño Jesús en sus brazos se sitúa frente al Altar de la Estrella y representa el momento en el que Jesús fue envuelto en pañales y colocado en el pesebre.
Actualmente, el peregrino todavía puede encontrar en el “eterno pesebre del mundo”, la más cautivante sensación de una auténtica Navidad.
Belén, famosa por la industria de la madera de olivo, alberga a verdaderos artistas que reproducen cruces, rosarios, belenes y otros objetos religiosos con este material que introdujeron los frailes franciscanos en la segunda mitad del siglo XVI.VisitaLeyenda de la Fotografía:La Basílica de la Natividad es el lugar donde la historia sitúa el nacimiento del Niño Dios.