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Cascadas de Tatasirire: remanso espiritual

La aventura, la fe y la convivencia familiar o entre amigos, adquieren un sentido diferente al estar en contacto directo con la naturaleza y el parque Cascadas de Tatasirire, en Jalapa, es un escenario ideal para vivirlas intensamente.

La promesa de caminar por estrechos senderos, rodeado del relajante murmullo del agua y el canto de las aves, es suficiente atractivo para viajar 97 kilómetros y descubrir un paraíso enclavado en las montañas de Jalapa.

En una extensión de bosque de 22 manzanas y media, el recorrido se efectúa por senderos diseñados según la geografía del terreno. Estos caminos guían hacia seis cascadas que son identificadas como A, B, C, D, E y F.

La última y mayor, la cascada F, forma una poza con suficiente profundidad para darse un chapuzón. La cascada A se forma con aguas del río La Pilita, que nace a tan sólo 500 metros de distancia. De la B a la F, las caídas son alimentadas por el río Manzanal, cuyo nacimiento se ubica a unos mil 500 metros. Lo anterior garantiza que el agua está libre de contaminación.

En el trayecto puede detenerse para descansar y observar el paisaje desde los ángulos que ofrecen 21 miradores. De estos puntos también pueden verse algunos de los 4 manantiales que se suman a la riqueza natural del área. El lugar cuenta con siete áreas para acampar, siete salones de usos múltiples, así como con cultivo de peces y viveros. También hay servicios sanitarios y ecorregaderas (sistema de duchas al aire libre, que no afecta el ecosistema).

Templo ecológico

Hace pocas años, en la cima del cerro Miramundo, se inauguró una casa de oración para todos los pueblos. En la iglesia ecológica los visitantes disponen de un altar, sobre el cual se eleva una cruz de pino de tres metros de alto, y mobiliario rústico para albergar a 160 personas sentadas.

La intención, según los diseñadores del templo, es propiciar la armonía y el respeto entre los feligreses, la naturaleza y su Creador.

Llegada segura

El parque ecoturístico se localiza a dos mil 300 metros sobre el nivel del mar, en el cerro Miramundo, finca La Corona, caserío de Tatasirire, aldea La Toma, Jalapa, Jalapa. Para llegar debe seguirse la carretera a El Salvador. En Sanarate cruzar hacia el departamento de Jalapa. Del centro de Jalapa, cruzar a la derecha en dirección a Mataquescuintla. El recorrido total es de 84.5 kilómetros sobre asfalto y 13 más en terracería, antes de llegar a la aldea La Toma y ver un letrero con el nombre del parque.

Al arribar, es posible que le reciba don Celso García, encargado del parque, quien cuenta que su abuelo conoció a Cirilo, un legendario habitante del pueblo a quien todos los moradores querían y respetaban, por ser la única persona en el lugar que sabía leer y escribir.

Según don Celso, es la historia de Cirilo la que, se cree, dio origen al nombre con que fueron bautizadas las cascadas. “Tata” es el título que los indígenas otorgan a los hombres respetados, mientras que “Sirire” es una deformación del nombre original.

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