La aseveración se produjo durante la reunión “ad hoc” de cancilleres de la Organización de Estados Americanos que se celebró en esa ocasión en Washington, para anlizar la situación guatemalteca y adoptar una posición continental que obligara al país a retornar al orden constitucional.
El funcionario resaltó que, de no producirse la total restauración de la democracia, Estados Unidos sopesaría la aplicación de sanciones, como la suspensión de las ventajas comerciales tanto en el Sistema General de Preferencias como en la Iniciativa de la Cuenca del Caribe.
En ese entonces EE.UU. enviaba a Guatemala más de 30 millones de dólares anuales en ayuda militar y económica.
Durante esos días el secretario general de la OEA, Joao Baena Soares, viajaría Guatemala para conversar con las autoridades del país y presentar un segundo informe en la reunión de cancilleres.