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El Nazareno de los Nobles

Cada Lunes Santo el barrio de la Parroquia Vieja se viste de gala ya que es el día de la procesión de su vecino más distinguido, el Nazareno con la cruz a cuestas acompañado de la Dolorosa.

Procesión del Lunes Santo de la Parroquia Vieja en 1969. Foto: Hemeroteca PL

Procesión del Lunes Santo de la Parroquia Vieja en 1969. Foto: Hemeroteca PL

En la edición de Revista Domingo del 12 de abril de 1992 se publicó un reportaje que reseñaba parte de la historia de la imagen de Jesús Nazareno de las Tres Potencias de la Parroquia Vieja zona 6 y que varios historiadores mencionaban su posible autoría. Actualmente se atribuye a Alonzo de la Paz y Toledo quien lo tallara en 1697.

Mucho se ha escrito sobre el Nazareno de la Parroquia, quien ha sido trasladado varias veces de iglesia debido a situaciones catastróficas, como los terremotos. Para el historiador Miguel Álvarez, la escultura de Jesús es una talla perfecta, atribuida sin base documental a Quirio Cataño; la imagen denota que el artista tenía un conocimiento amplio sobre anatomía y que mantiene un equilibrio emocional.

Antes, la imagen era venerada en la iglesia de la Escuela de Cristo, en Antigua Guatemala, hasta que ocurrió el terremoto el 29 de julio de 1773 que destruyó la ciudad.

Cuentan que cuando salía la procesión en Antigua, uno de los cucuruchos era el Santo Hermano Pedro de San José quien, a manera de penitencia, cargaba una pesada cruz.

Juan Alberto Sandoval, citó que la imagen conserva el nombre original de Jesús de la Escuela de Cristo, pero su nombre verdadero es Jesús de las Tres Potencias o Jesús de los nobles. Sin embargo es más conocido como Jesús de la Parroquia.

En cuanto a los nombres, cuenta Sandoval que el de las tres potencias se debe a que Jesús no lleva la tradicional diadema redonda sino que tres grupos de rayos que simbolizan a la Santísima Trinidad.

El nombre de Jesús de los nobles se origina cuando se realizaba la procesión en Antigua y en ella participaban todos los nobles de la sociedad, el Cabildo y el Concejo en pleno.

Esta escultura tiene un lugar en el corazón de muchos católicos. Cada año, cuando el anda es levantada de su dosel, la mirada fija y profunda enternece a más de un cristiano.

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