Quizá sea la magia de las fiestas, el sonido de los cohetillos o la convivencia de la familia, pero lo cierto es que en Navidad el tamal tiene un lugar especial en la mesa de los guatemaltecos.
El historiador Celso Lara cuenta que, al igual que el chocolate, ese platillo tiene herencias prehispánicas. Las alcaparras, almendras, pasas, ciruelas y chile pimiento son aportes de las culturas españolas y egipcias. Otro agregado importante es la carne, que puede ser de cerdo o pollo.
Thomas Gage, en el libro Viajes a Nueva España y Guatemala, entre 1625 y 1638, menciona el tamal como parte de la cena de estas fechas, además de los buñuelos y el ponche.
El acompañante tradicional es el ponche de frutas o de leche, el chocolate o el agua de manzanilla. Lara destacó que aunque la forma de prepararlos haya cambiado con el tiempo, es plausible que se mantenga la tradición.
De una a otra generación
Doña Cristina Álvarez vive en los barrios antiguos de la ciudad de Quetzaltenango, en donde desde hace 40 años se dedica a elaborar tamales navideños.
Cuenta que el toque característico del tamal altense está en agregarle arroz y papa a la masa de maíz.
En Chimaltenango, Hortensia de Meléndez tiene más de 40 años de mantener la tradición. “A mí me enseñó mi mamá cuando yo tenía 6 años”, afirma.
Recuerda que antaño elaborarlos era una costumbre familiar. “Antes las patojas movían el recado y traían la masa del molino; ahora todo es enlatado y ya no tiene el mismo significado”, opina.
Ambas señoras lamentaron que el paso del tiempo y la importación de nuevas culturas vaya desplazando los platillos típicos. “Es una lástima que el tamal navideño sea sustituido por comidas extranjeras como el pavo, que nada tiene que ver con nuestra cultura”, cita Monterroso.
Como a usted le guste
La elaboración del tamal y sus ingredientes son diferentes en distintas partes del país.
Los hay dulces, verdes y paches.
En Quetzaltenango y San Marcos, a la masa de maíz se le agrega arroz o papa.
En oriente los acompañan con tortillas con queso o crema.
En el altiplano acostumbran bendecir la olla y el comal donde los cocinan.
Normalmente se comen con chocolate con canela, ponche de frutas o de leche, y pan desabrido y de yemas.
En Cobán se lleva a cabo el Concurso del Tamal, donde pobladores de las Verapaces y Petén compiten por mostrar el más exquisito y exótico. También en esa región se suele coserlos bajo tierra.
