El mal tiempo contribuyó a que la asistencia médica tardara a llegar al sitio en el que contaban únicamente con un enfermero para cinco aldeas. El alcalde municipal, Manuel Asicona indicó preliminarmente que habían fallecido al menos unas 36 personas, 31 niños y 5 adultos además otras 70 personas estaban enfermas por lo que su vida corría peligro.
El brote había comenzado un mes atrás, el enfermero auxiliar notificó a las autoridades respectivas pero no recibió ayuda inmediata. Dos días después de que se diera la voz de alerta comenzó a fluir la ayuda gubernamental. La única organización que respondió inmediatamente fue la Organización Panamericana de la Salud, OPS cuyos miembros realizaron una campaña de vacunación en la cabecera y el envío de medicinas para las comunidades en riesgo.
Por su parte el viceministro de Salud Pública indicó que la epidemia estaba controlada y que no tenían conocimiento de que había fallecido alguna persona, únicamente 44 que se encontraban infectadas. Además resaltó de que los pobladores estaban reacios a querer vacunarse. Esto fue desmentido por el alcalde de Chajul ya que indicó que los funcionarios de salud no quisieron llegar hasta las comunidades distantes por la lejanía.
Resignación
Reservados al actuar, tajantes en sus declaraciones cuando aceptaban hablar, e incluso temerosos a ser fotografiados, porque creían que al permitirlo se les robaba parte de su alma, los habitantes de Ilom, pertenecientes a la etnia Ixil, aceptaban con resignación, casi con frialdad, la muerte de sus hijos o familiares.
En este lugar no se distinguían clases sociales; todos vivían en las mismas condiciones de extrema pobreza, sin infraestructura mínima, sin educación y sin servicios de salud. Las casas de los 400 habitantes estaban circuladas y limitadas a una porción de terreno, que no les permitía tener tierras para labrar. No habían calles, solamente un camino principal que atravesaba toda la localidad y que se llenaba de lodo.
En esas precarias condiciones, tanto adultos como niños sobrevivían en un medio hostil y propicio para enfermedades gastrointestinales y respiratorias. Incluso se tenía conocimiento de casos de tuberculosis.
Politización
La ayuda fue fluyendo poco a poco y el número de víctimas variaba conforme los datos que manejaba la cartera de salud y los que presentaban las autoridades locales, la cifra de víctimas llegó a 42 muertos en contra de 15 personas que estimaba Salud Pública.
El día 9 de diciembre de 1997 el alcalde de Chajul se presentó en el Congreso de la República para solicitar ayuda y que se decretara el estado de Emergencia en el municipio. Además denunció la falta de colaboración de las autoridades de Salud de El Quiché ya que pertenecen al Partido de Avanzada Nacional, PAN.
El doctor Waldemar Pérez, delegado del Ministerio de Salud indicó que el alcalde no ha colaborado en las acciones para ayudar a los afectados ya que éste pertenece al Frente Republicano Guatemalteco, FRG, y que la mayoría de habitantes de Ilom estaban afiliados al PAN, hecho que causó resentimiento y por ende se ha negado a autorizar proyectos de desarrollo para la comunidad.
La epidemia pudo controlarse semanas después y las autoridades ediles computaron un total de 33 muertos respectivamente identificados quienes por la falta de atención inmediata y preventiva no pudieron sobrevivir a la enfermedad.