Días después, cuando encontró la taza nuevamente, Federico se percató que esta ya no tenía líquido, sino pequeños residuos de un polvo color marrón en el fondo. Guiado por su intuición, vertió agua caliente sobre la sustancia polvorosa y logró lo que imaginaba: obtener café bebible.
Después de este hallazgo analizó el hecho y trazó una ruta para obtener ese polvo que, al disolverse en agua caliente, produjera nuevamente el líquido con el mismo aroma y sabor.
De acuerdo con registros publicados por este medio, la técnica del médico se transformó cuando propuso verter la esencia de los granos de café sobre cilindros calientes de metal para que se deshidrataran al vacío con el fin de remover el agua de los granos, pero sin que eso afectara los aceites esenciales.
Aquello daba como resultado pequeñas escamas secas que se pulverizaban con facilidad. Una vez deshidratas, podían ser disueltas en agua caliente y así se lograba una mezcla de café soluble con la facultad de ser consumido instantáneamente.
Para potenciar este mecanismo, Lehnhoff Wyld viajó hasta Alemania y Estados Unidos donde buscó ofertas de maquinaria para así desarrollar la idea.
Cuando regresó a Guatemala solicitó apoyo financiero de su amigo -y empresario- Eduardo Tallien de Cabarrús, con quien fundó la sociedad Lehnhoff, Cabarrús y Cía. Ltda. Juntos lanzaron la marca Café Soluble en 1910.
El producto se vendió en Guatemala y se distribuyó también en Estados Unidos, así como en Francia, Alemania y Bélgica donde tuvo bastante éxito. En Europa hubo considerables pedidos del café, lo que llevó a Federico y a Eduardo a establecer una nueva sociedad anónima en Francia. Allá constituyeron la Societé du Café Soluble Belna.
Para 1913 el capital de la empresa se elevó a 3,000,000 francos. Ese mismo año, el café soluble de los guatemaltecos obtuvo una medalla de oro en la Exposición Universal de Gante. Dos años después, en 1915, fue establecida una fábrica de café Belna en el municipio francés Boulogne-Billancourt.
El personaje
Federico Lehnhoff Wyld nació el 9 de mayo de 1871. Fue hijo de Eduardo Lehnhoff, un alemán llegado a Guatemala en la primera mitad del siglo XIX.
Durante su juventud, Federico mostró gran vocación científica. Estudió Medicina y Cirugía en Alemania y fue colaborador en la fundación de la sociedad científica La juventud médica en 1894.
Fue corresponsal de la revista La Escuela de Medicina y desde ahí informó temas como el descubrimiento de los rayos X de Roentgen. En 1899 se incorporó a la universidad en Guatemala. Su llegada le colocó en situación privilegiada para desarrollar innovaciones que traía de Europa.
De acuerdo con el ex ministro de educación Carlos Martínez Durán, las propuestas de Federico chocaban con los medios estáticos y conservadores del ambiente científico del medio hospitalario en Guatemala.
Además de la invención del café instantáneo, Lehnhoff Wyld se dedicó a la investigación bioquímica y médica así como al descubrimiento de combinaciones órgano-metálicas inyectables para la curación de varias infecciones.
Al científico también se le atribuye el desarrollo del sulfarsenol, producto farmacéutico con el que se combatieron enfermedades infecciosas como la sífilis, la disentería amibiana, la erisipela, y más.
El gobierno de Francia otorgó a Federico Lehnoff Wyld la Orden Nacional de la Legión de Honor en reconocimiento por sus altos méritos científicos. El guatemalteco falleció en París el 8 de diciembre de 1932 a los 61 años.