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García Márquez: La crónica de una vida anunciada

Hoy 17 de abril se cumple un año del fallecimiento del escritor colombiano y Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez.

Gabriel García Marquez. Fotoarte: Hugo Cuyán Vásquez

Gabriel García Marquez. Fotoarte: Hugo Cuyán Vásquez

Gabo como también se le conocía, nació en 1927 en Aracataca, Magdalena Colombia. Inició sus estudios en Barranquilla y en 1947 renunció a la carrera de Derecho y Ciencias Políticas. A inicios de los años cincuenta viajó a Europa, en donde estudió cine en el Centro Experimentale Di Cinematografía de Cinecitá, en Roma, Italia. Cuatro años más tarde regresa a Bogotá y trabaja como reportero y crítico de cine en El Espectador. Posteriormente. En 1967 publica Cien años de soledad, considerada su obra más famosa. Posteriormente en 1982 recibe el Premio Nobel de Literatura.

El realismo mágico fue sólo uno de los dones de García Márquez. Desde relatos policiacos y folclóricos hasta de romance y sátira el autor hizo poesía virtualmente de todo género popular.

Dentro de sus obras más famosas se encuentran: Cien años de soledad, Relato de un naúfrago, El otoño del patriarca, Crónica de una muerte anunciada, El amor en los tiempos del cólera, El general en su laberinto, Del amor y otros demonios, y su última obra Memoria de mis putas tristes, publicada en 2004.

Gabo en Guatemala

Ya te diste cuenta que el presidente va a recibir la carta y nos van a cortar los h…

En el libro Gabriel García Márquez una vida, del escritor inglés Gerald Martin, hace una mención de un viaje en el año 1961 de Gabo rumbo a Lima, Perú vía Guatemala, en compañia del periodista y guerrillero argentino Jorge Masetti. Cuenta que éste último decidió realizar una broma al presidente guatemalteco Ydígoras Fuentes, en relación a que habían descubierto los planes de una invasión a la Bahía de Cochinos en Cuba, y que la operación se gestaba desde tierras guatemaltecas.

A continuación un extracto del libro de Martin: García Márquez y Masetti volaron hacia Lima, vía Ciudad de Guatemala, en un 707 con motor a reacción; era la primera vez que García Márquez pasaba por esta experiencia casi supersónica. A raíz de que Masetti y Walsh descubrieran que Guatemala estaba implicada en la preparación de los exiliados cubanos, Masetti esperaba con entusiasmo pasar por la capital del país maya, aunque fuera brevemente. En el aeropuerto, siguiendo un impulso, Masetti propuso ir al campo de instrucción de los insurgentes que Walsh había identificado en Retalhuleu y provocar algún engorro. García Márquez dijo que aquello sería imprudente y Masetti dijo con desdén “Eres un liberalito tranquilo, ¿verdad?”. De modo que, en lugar de emprender aquella aventura le gastaron una broma al dictador local, Miguel Ydígoras Fuentes. La información acerca del campo de instucción rebelde no había trascendido al plano internacional, pero Masetti, con cierta irresponsabilidad decidió dar un susto a Ydígoras. En el aeropuerto La Aurora había una gran fotografía de un parque nacional guatemalteco frente a un volcán. Los dos hombres se hicieron fotografíar frente a la imagen y luego metieron la instantánea en un sobre, con un mensaje que decía “Hemos recorrido todo su país y hemos descubierto todo lo que están haciendo aquí para invadir Cuba”. Daban detalles de localizaciones y cifras de soldados. Tras echar la carta al correo, el aeropuerto fue cerrado por mal tiempo. García Márquez le dijo a Masetti: “¿Te das cuenta de que vamos a dormir en Guatemala, y de que el presidente va a recibir esta carta mañana mismo y nos van a capturar?”. Sin embargo por suerte para ellos el aeropuerto volvió a funcionar a tiempo y pudieron seguir su viaje.

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