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La corona de Adviento

Un domingo después de la fiesta de Cristo Rey, el calendario litúrgico católico marca el inicio de un nuevo ciclo y a su vez comienza la preparación a la natividad de Cristo. En este año 2015 la fecha es el domingo 29 de noviembre.

La palabra Adviento, de origen latín, significa venida. Es básicamente, un periodo de penitencia y espera, con el cual la iglesia inicia el año litúrgico. Por eso los ornamentos de las iglesias y del sacerdote son de color morado, símbolo de penitencia, como en Cuaresma.

No hay un origen específico de la tradición de colocar coronas de adviento en el mundo. Sin embargo una teoría indica que la costumbre era de origen pagano, ya que representaba el ruego al sol para que regresara con su luz y calor durante el invierno. Ante la cristianización de las sociedades se adaptó la costumbre como preparación a la venida de quien creen que es la luz y la vida.

El círculo es una figura geométrica perfecta que no tiene ni principio ni fin. La corona de adviento tiene forma de círculo para recordar que el Ser divino no tiene principio ni fin, reflejando su unidad y eternidad. Ayuda también a pensar en los miles de años de espera desde Adán hasta Cristo y en la segunda y definitiva venida.

En diferentes iglesias se bendicen las coronas el primer domingo de adviento. (Foto: Hemeroteca PL)
El follaje verde perenne (que puede ser de ramas de pino o cualquier otra planta siempre verde) representan a Jesús que está vivo entre sus creyentes, además su color recuerda la vida de gracia, el crecimiento espiritual y la esperanza.

Las cuatro velas representan los cuatro domingos de Adviento. Las tres primeras que se encienden son de color morado para recordar el espíritu de vigilia, penitencia y sacrificio que se debe tener para prepararse a la llegada de Jesús. La última es de color rosa o blanco y manifiesta la alegría porque su nacimiento está muy cerca.

El día de la navidad las velas moradas son sustituidas por otras de color rojo que simbolizan el espíritu festivo de la reunión familiar. Algunas personas sustituyen todas las velas por velas rojas y en el centro se coloca una vela blanca simbolizando a Jesús como centro de todo cuanto existe.

Cuatro domingos antes de la Navidad se enciende la primera vela. Posteriormente, cada domingo se enciende una vela más. El hecho de irlas encenciendo poco a poco recuerda como conforme se acerca la luz, las tinieblas se van disipando. La luz de la vela blanca que se enciende durante la Nochebuena recuerda que Jesús es la luz del mundo.

En el mercado puede adquirir diferentes modelos de coronas, o puede realizarla en casa, como un trabajo manual que puede decorar a su gusto o hacerla en familia.

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