La película trataba de un músico y su hija. Ella canta en una fiesta de la vecindad y sorprende a todos con su voz. Fue estrenada en 1952 y era dirigida por Jaime Salvador.
Pinky Molina estaba justo en la época de los niños prodigios donde destacaban voces como las del recordado Joselito.
Por su edad, la familia decidió que ese sería el único proyecto en que participaría, aunque en el país vecino querían que filmara dos películas por año, con actuaciones en la XEW, una de las estaciones más antiguas de México.
Con el impulso de la periodista María Eugenia Gordillo, la película se ha presentado en varias ocasiones en años recientes. La Embajada de México y la Sociedad Dante Alighieri han sido promotoras de este filme como un homenaje a Molina. En YouTube se encuentra una de las escenas en las que la guatemalteca impresiona con su voz.
Niña prodigio
La primera vez que Molina se presentó fue a los 5 años, en el Teatro Municipal de Quetzaltenango. En 1949, en el antiguo cine Cápitol, actuó acompañada por la Orquesta Sinfónica Nacional. Cantó como solista, a los 9 años