De acuerdo con el libro “Efemérides de la Antigua Guatemala 1541-1779” escrito por Joaquín Pardo, recoge la fecha 4 de febrero de 1701 como la llegada de la imagen de un crucifijo a semejanza del que se encuentra en Esquipulas, Chiquimula al Templo del Convento de Nuestra Señora del Carmen.
El síndico Juan de Langarica de orígen español fue el que obsequió la escultura al templo, esta situación facilitó a los fieles que no podían visitar el Santuario oriental a que pudieran peregrinar y visitar la imagen en la capital del Reino.
La imagen de rasgos muy similares al Cristo de Esquipulas presenta un enigmático encarnado en color claro, por lo que podría interpretarse que en dicha época el crucificado original poseía un encarnado similar. Sobre esto no hay nada definitivo ya que en la restauración de la imagen en los años noventa por el restaurador Ramiro Irungaray indicó que se encontraron hasta cuatro capas de encarnadura diferentes, aunque no precisó el color.
Debido a los Terremotos de Santa Marta en 1773 el Templo de El Carmen es destruido por lo que en 1787 se inicia la construcción del nuevo templo en el Valle de la Ermita. Al finalizar la construcción en 1813, se colocan en sus altares las imagenes procedentes de la destruida Santiago, entre ellas la Virgen del Carmen, patrona del Templo; Jesús Nazareno y el Cristo Crucificado, donde permanecen hasta nuestros días. El templo se ubica en el centro histórico de la capital en la 8a. avenida y 10a. calle de la zona 1.
El 4 de febrero de 2001, día en que se cumplían 300 años de veneración del Cristo de Esquipulas de la Rectoría El Carmen, la imagen fue ungida y consagrada por monseñor Próspero Penados del Barrio, Arzobispo de Guatemala en una solemne ceremonia. Ese mismo día salió en procesión, siendo ésta la única vez que ha salido a recorrer las calles.
Un cristo anticomunista
En 1944 triunfa un movimiento militar conocido como la “Revolución del 20 de octubre”, misma que había acabado con la dictadura de 14 años del general Jorge Ubico. Durante el periodo comprendido de 1944 al 1954 el país avanzó en materia económica y social, modernizando el Estado y quitando privilegios a las empresas norteamericanas que poseían grandes territorios para cultivo y condiciones nefastas para los trabajadores.
Las reformas económicas del presidente coronel Jacobo Árbenz Guzmán no fueron bien vistas por el gobierno de Estados Unidos, que contaba con la simpatía de la jerarquía eclesiástica presidida por el Arzobispo Mariano Rossell Arellano. Árbenz fue acusado de comunista. Rossell desde su posición de líder de la Iglesia Católica, en ese entonces con una población mayoritaria de católicos, adoctrinaba a los fieles afirmando que el país estaba en camino de convertirse en una sucursal de Moscú y que sería dominada por el materialismo ateo.
Sin embargo Rossell emprendió acciones de hecho haciendo gala de su capacidad de convocatoria. En 1953 organiza una peregrinación contra el “comunismo” recorriendo el país entero. Para el efecto encarga al artista Julio Urruela una réplica del Cristo Negro de Esquipulas de quien el arzobispo era ferviente devoto ya que él era originario de la villa de Esquipulas.
Durante un año aproximadamente la imagen recorrió las diferentes parroquias entrando triunfalmente a la capital y siendo expuesto en el templo catedralicio.
Al triunfar el denominado “Ejército de Liberación” encabezado por Carlos Castillo Armas y formado por el gobierno de Estados Unidos para derrocar a Árbenz, el Cristo Negro de la Catedral es sacado en procesión el 3 de julio de 1954 conmemorando la entrada triunfal del grupo paramilitar. Durante varios años en dicha fecha era sacado en andas recorriendo la Plaza Mayor.
La imagen tiene la característica de haber sido fundida en bronce y sus rasgos son idénticos al original de Esquipulas. Se encuentra actualmente en la nave norte de la Catedral y no procesiona. Ahí recibe todos los días las súplicas de los fieles que depositan numerosos arreglos florales y velas a sus pies.
El Cristo del Santuario
Otra imagen que goza de gran veneración es la que se encuentra en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, ubicado en la 1a. avenida y 8a. calle del Centro Histórico. El origen de esta escultura se remonta a los años setenta, mandada a tallar por el presbítero monseñor Tomás Barrios Sánchez para su devoción particular en el año de 1973. El trabajo se encarga a los escultores Esteban y Santiago Rojas, residentes en la zona dos.
Cuando monseñor Barrios manda a realizar la imagen, era rector del Templo de San José. Junto a los escultores Rojas viajó varias veces a la Basílica de Esquipulas con el aval del abad del monasterio benedictino, Mateo Martín, para visitar el crucifijo original y poder obtener los rasgos y encarnado exactos de la imagen para poder reproducirlos en la nueva escultura.
Los tallistas entregan la imagen terminada en agosto de 1974 a monseñor Barrios quien en ese entonces había sido designado al cuidado del Santuario de Guadalupe. Sin embargo, al encontrar la perfección y calidad artística de la imagen decide exponerla a la veneración pública el 14 de enero de 1975 víspera de su fiesta. Al día siguiente se celebra la primera festividad ante la imagen ya bendecida y desde entonces permanece en exposición pública para la veneración de los fieles.
Monseñor Barrios al ver la devoción popular decide sacar en procesión penitencial la imagen del Crucificado el 2 de marzo de 1975, tercer domingo de cuaresma y con acompañamiento musical de marchas fúnebres. Durante treinta y tres años la imagen era sacada en procesión penitencial y se había convertido en una de las más tradicionales de la cuaresma.
El 15 de enero de 1996 el Cristo de Esquipulas sale en procesión extraordinaria conmemorando el Cuarto Centenario del Cristo de Chiquimula, a su paso por el Templo de San José, es coronado con una corona de espinas de plata por su antiguo propietario, monseñor Barrios. En el año 2009 se suspende su procesión penitencial y se comienza a realizar su procesión con carácter festivo el tercer domingo de enero.
Esta imagen posee una capilla propia dentro del Santuario y tiene la particularidad de ser de tamaño académico, es decir más pequeña del tamaño natural. En ocasiones se le coloca un resplandor de nimbo sobre la cabeza.
Otras imágenes
En varias iglesias del centro histórico y de otras zonas de la ciudad se veneran imagenes del Cristo Negro, destacan las que se veneran en la Parroquia de Santa Marta zona 3 que también guarda gran parecido con el original, a diferencia de tener una cruz verde y un color más claro. También se localiza una réplica del Cristo de la Catedral elaborada en yeso por Julio Urruela y que preside la Parroquia de Esquipulitas en la zona 11. En la parroquia La Divina Providencia, zona 8 se ubica otra imagen que en un principio era un cristo crucificado de color claro y fue convertido a Cristo de Esquipulas y que también sale en procesión en fechas cercanas al 15 de enero.