Desde el comienzo de su gestión, Árbenz promovió la reforma agraria como la solución al atraso económico del país, ya que facilitaría la inversión de nuevos capitales en la agricultura.
Además, buscó eliminar la propiedad feudal en el campo a través de la expropiación de las tierras ociosas de los grandes latifundios.
Para ello, el gabinete de Gobierno fue convocado a varias reuniones especiales cuya finalidad fue tratar el proyecto impulsado por Árbenz.
Fue necesario, también, integrar una comisión con los ministros de Relaciones Exteriores, Agricultura y Hacienda, la cual se dedicó al estudio del proyecto, el cual, luego de las correcciones de estilo, fue enviado al Congreso.
En los considerandos del proyecto de ley se podía apreciar
De proyecto a ley
El 10 de mayo de 1952, el Ejecutivo envió al Congreso el proyecto de ley de reforma agraria, para su aprobación.
Tras varias deliberaciones, el Legislativo aprobó el decreto 900 Ley de Reforma Agraria, el 17 de junio de 1952.
La norma nació entre asentimiento y detractores; estos últimos la vieron como una amenaza a sus intereses.
Tal fue el caso de la trasnacional United Fruit Company, con inversiones económicas en el país. Para que no le expropiaran grandes extensiones de tierras sin cultivar, motivó que el Departamento de Estado de EE. UU. se opusiera a la reforma agraria.
La presión causó la desestabilización del régimen de Árbenz, al punto de provocar su caída el 27 de junio de 1954.
Entretanto, el decreto 900 fue derogado el 27 de julio de 1954 y sustituido por un estatuto agrario.