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Manuel Colom Argueta, hombre de esperanza

Un día como hoy 8 de abril de 1932, nace Manuel Colom Argueta, intelectual, ex alcalde capitalino y fundador del partido político Frente Unido de la Revolución, por el que dió su propia vida.

Un jovencísimo Manuel Colom Argueta en 1964. (Foto: Hemeroteca PL)

Un jovencísimo Manuel Colom Argueta en 1964. (Foto: Hemeroteca PL)

Usaba pantalones cortos cuando se inició en la política. Tenía apenas 11 años, cuando participó en las brigadas de niños y jóvenes que dirigieron el tráfico en la capital para la Revolución del 20 de octubre de 1944.

Desde entonces, encaminó su vida a un fin concreto: prepararse para servir, y talvez dirigir, un país dominado hasta entonces por la bota militar.

Tenía madera de líder. De personalidad magnética, era a la vez estudioso, pragmático, incorruptible y hasta guapo, recuerdan amigos y parientes. Los hombres lo admiraban y las mujeres suspiraban por él, incluso cuando disentían de sus posiciones políticas.

Era igual de encantador y sencillo compartiendo frijoles con las personas más humildes que sentado a la mesa de las casas más elegantes, recuerda su sobrina, Yolanda Colom.

Sabía escuchar y se daba a manos llenas. Meme siempre estaba ahí para tenderle la mano a sus amigos, recuerda el licenciado Alfredo Balsells Tojo, su compañero desde la niñez. Casi cualquiera que haya trabajado en la Municipalidad -cuando Colom Argueta fue alcalde- llegó a considerarse su amigo personal. 

Tenía angel, afirma el periodista Miguel Ángel Méndez Zetina, quien cubría la fuente del Palacio de la Loba en aquellos días. Su interés por las personas era genuino. La excelencia era algo natural en él. Lograba lo que se proponía sin aparentemente tener que esforzarse, sin demostrar obsesión alguna por lo perfecto.

Desde la primaria hasta la Universidad, se disputaba siempre los primeros puestos de la clase. Fue el segundo de su promoción en vestir la toga de abogado en 1957; ganó el premio Gálvez de la Universidad de San Carlos, USAC, a la mejor tesis, y una beca para estudios de Derecho Laboral, Urbanismo y Ciencia Política en Florencia, Itlaia, los cuales culminó con honores.

En los deportes también sobresalió, principalmente en el baloncesto, a pesar de que no era muy alto; por algo sus hermanos lo apodaban con cariño el Sapo.

Persecución y lucha

El corazón de Colom Argueta siempre ardió con el fuego de la Revolución de Octubre. Intentó inscribirse en el Frente Popular Libertador cuando ni siquiera tenía cédula de vecindad y participó, ya universtiario, en las protestas por la imposición del gobierno de Carlos Castillo Armas. 

Ahí le abren ficha en el Ejército y comienza a ser perseguido, indicaba su hermana, ya fallecida, Lulú Colom de Herrarte. 

Sus ideas lo llevan varias veces a la cárcel y al exilio. Al regresar de Italia, en 1960, comienza a denunciar la corrupción del gobierno del general Miguel Ydígoras Fuentes y se gana su aversión personal. Lo arrestan la primera vez, acusado de esperar una goleta con armas de Cuba y de complotar con Fidel Castro para preparar una revolución en Guatemala.

En 1962 vive prisión y destierro. Un fraude en las elecciones parlamentarias y el descontento generalizado hacen estallar protestas populares a principios del año. A Colom Argueta lo destierran y lo envían a El Salvador junto a otros políticos, considerados instigadores. Dicen que en el mismo jeep iban agarrados con las mismas esposas, Meme Colom y Mario Sandoval Alarcón, recuerda Balsells Tojo. 

Esa vez vuelve a los pocos días, pero no pasa mucho tiempo sin atacar al régimen. Un juicio contra el subjefe de la Policía, conocido como Siete Litros, por la tortura del estudiante Francisco Lemus, le vale otra estadía en la cárcel.

Lejos de desanimarlo, la persecución lo hace persistir en la lucha. En esos años, organiza el comité cívico Unidad Revolucionaria Democrática. Se vincula también al movimiento 13 de Noviembre, protagonizado por oficiales jóvenes cansados de la corrupción del Ejército, pero pronto se aleja de ellos.

Colom Argueta se definía firmemente como social demócrata y creía que el país podía transformarse a través de las urnas. En cambio, los muchachos del 13 de noviembre, deciden tomar el camino de las armas y se convierten en la primera facción guerrillera. 

Sin embargo, la lucha democrática de Colom Argueta ponía nerviosos a los sectores de poder, militar y económico. En 1965, su oposición a los abusos del régimen de facto del coronel Enrique Peralta Azurdia les brindó nuevamente la excusa perfecta para expatriarlo, junto a Adolfo Mijangos López y Francisco Villagrán Kramer.

Regresó al país después de vivir un año en El Salvador, donde se dedicó a dar clases en la Universidad. Con renovada energía, se entrega a la participación cívica en el foro de abogados y se lanza como candidato a alcalde en los comicios de 1969.

Logros

Pocos días antes de cumplir 38 años, la aventura política de Colom Argueta rinde frutos en las urnas y él asume la alcaldía de Guatemala, en marzo de 1970. 

Encuentra una municipalidad hundida en el caos, al grado que las funciones ediles ni siquiera estaban divididas en departamentos, recordaba su hermana Lulú.

Poniendo en práctica los conocimientos urbanísticos adquiridos en Italia, el joven alcalde se da a la tarea de reorganizar la Municipalidad y darle la categoría que merece. Se encuentra en proyectos de agua potable, alcantarillado, drenajes, rellenos sanitarios y regulación de vivienda popular. 

Construye la primera fase del anillo periférico, resucita la Asociación Nacional de Municipalidades, ANAM, y elabora un programa metropolitano con proyección al siglo XXI. 

Su trabajo en la Municipalidad le da peso en el escenario político. En constante enfrentamiento con el presidente Carlos Arana Osorio, sufre varios ataques. En una manifestación del 1 de mayo, se salva de caer abatido por las balas que alcanzan a un dirigente sindical de la Democracia Cristiana.

En las elecciones generales de 1974, aglutina a la izquierda en el Frente Nacional de Oposición, donde confluyen la Democracia Cristiana Guatemalteca, DCG, y otras agrupaciones que lanzan como candidato al general Efraín Ríos Montt.

Discurso de Manuel Colom Argueta el 23 de febrero de 1974 durante un mitin del Frente Nacional de Oposición (Video: tomado de Youtube).

Se apuntan el triunfo electoral, pero otro fraude le adjudica la presidencia al general Kjell Eugenio Laugerud García. Colom Argueta ofrece a sus aliados levantar a las masas para que se respete la voluntad popular. No lo escuchan porque ya han negociado con el régimen. Ríos Montt toma el puente de plata y se va para España como embajador. Traicionado, Colom Argueta deja el país para refugiarse en Italia.

Muerte anunciada

El líder no se rinde y regresa a Guatemala. La inscripción de su partido, Frente Unido de la Revolución, FUR, convierte en realidad su sueño obsesivo desde 1976. 

Ese año, lo emboscan camino de la USAC, donde trabaja como catedrático e investigador. Magnífico piloto, acelera hasta el fondo e intenta escapar. Sin embargo, le aciertan un balazo en el brazo izquierdo y lo dan por muerto. A gatas, logra llegar a la estación de bomberos más cercana.

En esos momentos había arreciado la persecución a los opositores políticos. Las autoridades ejecutaban y desaparecían a quienes consideraban peligrosos. Los signos para Colom Argueta no eran favorables.

Todos sus amigos le repetimos hasta el cansancio que se fuera, que lo iban a matar, afirma Balsells Tojo. Pero el apasionado líder nunca hizo caso, ni siquiera después de un ataque al auto donde viajaba su hijo menor, Rodolfo, en donde pereció un compañerito de clase.

Manuel sabía que planeaban su muerte. Estaba cansado de pelar por su vida las 24 horas, decía su hermana. 

El día que inscribió al FUR en el Registro de Ciudadanos, el 15 de marzo de 1979, comienza a despedirse de sus hermanos. Les cuenta que militares le han advertido de un plan para asesinarlo, pero que el propio Gobierno se lo ha desmentido.

En el fondo, sabe que sus días estan contados. La mañana del 22 de marzo, sale de su oficina en la cuarta avenida de la zona nueve, sin imaginarse que eran los últimos minutos de su vida.

El comando Seis de la Policía y el Ejército tenían preparado, desde temprano en la madrugada, un plan para asesinarlo. Lo acribillaron a balazos a unos pasos del Parque de la Industria. En los alrededores del lugar fueron vistos el jefe de la policía secreta y el de la Agencia Central de Inteligencia, CIA, en Guatemala.

Hay quienes afirman que un helicóptero, al mando del general Barrios Cancinos, entonces jefe del Estado Mayor de la Defensa, dirigió el operativo desde el aire. Treinta y siete años después del crimen, continúa impune, a pesar de que el Estado, gobernado por su sobrino, Álvaro Colom, pidió perdón por el asesinato a su familia.  https://www.youtube.com/watch?v=UtDDBwDHXjU

Debate entre Manuel Colom Argueta y Alejandro Maldonado Aguirre en el programa Estudio Abierto en 1976. (Video: Tomado de Youtube)

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