Reconocimiento
En la actualidad, muchos estudiantes solo saben que ese día no se asisten a clases e incluso algunos maestros ignoran aquel episodio histórico. Han pasado 74 años de aquellos sucesos, pero vale la pena recordarlos.
Chinchilla nació el 2 de septiembre de 1909, en la aldea Las Ánimas, Asunción Mita, Jutiapa.
Se graduó de maestra en 1927, en el Instituto para Señoritas de Jalapa, y fue abanderada de su promoción. Desempeñó la docencia en el referido municipio y en las escuelas Felipe Flores, Manuel Cabral y María Minera, en la capital.
En 2009 se conmemoró el centenario de su nacimiento, y en Jutiapa se llevaron a cabo actividades para la celebración, las cuales incluyeron la presentación de líderes magisteriales del país y del resto de Centroamérica. Además se convocó a un concurso literario y de pintura en honor de la extinta mentora.
Gesta rebelde
En la primera mitad de la década de 1940 —durante la Segunda Guerra Mundial—, en Guatemala se trataba de poner fin a la dictadura del general Jorge Ubico. Las medidas represivas aumentaron y terminaron por enervar a los universitarios y al magisterio, sectores que habían mostrado cierta timidez.
De esa cuenta se organizaron varias agrupaciones estudiantiles que después se aglutinaron en la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU). En 1943, los movimientos estudiantiles y magisteriales marcaron el principio de la resistencia abierta frente a Ubico.
Al siguiente año, con actitud desafiante, empezaron las Jornadas de Junio, que consistían en marchas de repudio al régimen. El 22 de ese mes los estudiantes le fijaron al Gobierno un plazo de 24 horas para que atendiera sus demandas y las de los maestros. El Ejecutivo, en cambio, restringió las garantías constitucionales, y así, casi al instante, se iniciaron las huelgas.
Dos días después, a las 16 horas, se le presentó al presidente de la República el documento conocido como “Memorial de los 311”, para exigir el inmediato restablecimiento de las garantías constitucionales. Esa tarde se efectuó otra protesta, y el Estado destacó contingentes de policías y soldados.
En la mañana del 25 de junio, una multitud acudió al centro capitalino y se registraron detenciones, heridos y muertos. La cúpula gubernamental procuró el diálogo con los firmantes del “Memorial de los 311”, pero, a falta de garantías, no hubo negociación.“(…) Un nuevo intento de manifestación del pueblo —una procesión de mujeres de las principales familias, que salieron del templo de San Francisco— fue disuelto… el saldo de ese día fue una mujer muerta: la profesora María Chinchilla, por arma de fuego, y otras personas heridas”, escribió Manuel Galich en el libro Del pánico al ataque (1949).
El suceso ocurrió en la 6a. avenida y 17 calle de la zona 1. En ese sitio fue colocada una placa dorada que señala el área donde fue asesinada la maestra. Ahora, al lado del sitio instaló Tomás Tebalán su sencilla venta de golosinas. Él es originario de Chichicastenango, Quiché, y aunque llegó a cuarto primaria, sabe muy bien quién fue Chinchilla.
“Los maestros dejaron de ser como antes, aunque todavía quedan algunos que sí enseñan; otros solo chapucean la mente de los niños”, afirma. El 25 de junio de 1944 quedó marcado en la historia. Chinchilla se convirtió en mártir del magisterio y en una figura que fue sacrificada en aras de los ideales populares. Posterior a su muerte fue derrocado Ubico.
Luego, el coronel Federico Ponce quiso aprovecharse, pero el pueblo siguió la lucha y se dio la Revolución de Octubre, pero esa es otra historia.
Abnegación
“Ser maestro es llevar en las manos una antorcha de luz encendida y llamar a los hombres hermanos, y llenar de grandezas la vida”, reza el himno al maestro, de la escritora Luz Valle. Es una estrofa que inspira a muchos mentores del país a seguir con la lucha, a continuar su digna labor de educar.
Su misión es difícil y sacrificada. En la provincia, muchos caminan enormes distancias con tal de llegar a la escuela y enseñar a leer y escribir, a hacer cálculos, a razonar… Los maestros, aún con un bajo sueldo, se apartan de su familia para formar a hombres y mujeres.
Lejos de la manipulación de los sindicatos y del Gobierno, el maestro continúa en su humildad y con las ganas de dar lo mejor para su país.
Frases célebres
Algunas máximas acerca de la educación, el maestro y el estudiante
- “Un profesor trabaja para la eternidad; nadie puede predecir dónde acabará su influencia”. H. B. Adams
- “La educación consiste en enseñar a los hombres, no lo que deben pensar, sino a pensar”. Calvin Goolidge
- “El maestro que enseña sin inspirar en el alumno el deseo de aprender forja un hierro frío”. Horace Mann, educador.
- “Educar a un niño no es hacerle aprender algo que no sabía, sino hacer de él alguien que no existía”. John Ruskin, escritor y sociólogo.
- “Los discípulos son la mejor biografía del maestro”. Domingo Faustino Sarmiento, escritor.
- “El principio de la educación es predicar con el ejemplo”. A. R. J. Turgot, economista y político.