En antiguos escritos españoles se consigna que Cuahutimal quiere decir “fuente que como sangrada arroja un betún con el que se untaban en sus tristezas” los indígenas.
Una de las primeras menciones de Guatemala se consignó en una carta de Pedro de Alvarado fechada el 11 de abril de 1524.
Dos veces escribió el nombre Guatemala el conquistador Pedro de Alvarado en la carta que envía a Hernán Cortés, un 11 de mayo, para hacerle una relación del avance de su expedición al frente de 300 españoles.
Muy probablemente se refería al término Quauhtemallan, con el cual los indígenas mexicanos que lo acompañaban designaban a la “capital” kaqchikel, Iximché, donde tiempo después se fundaría la primera capital.
Alvarado decía en la carta que había pedido gente de guerra a la “ciudad de Guatemala, que está a diez leguas de ésta…”, y después más adelante informaba: “…yo me parto para la ciudad de Guatemala lunes once de abril”.
Ya entonces la forma castellanizada Guatemala se escribió igual que en la actualidad. Solo en algunas actas del Cabildo de Santiago de los Caballeros recogidas en el Libro Viejo, 1524, se cambia Guatemala por Guatimala.
Otra posible explicación es la de fray Francisco Ximénez. El religioso ibérico, en su “Descripción Geográfico Moral de la Diócesis de Guatemala”, obtenida tras recorrer el territorio entre 1768 y 1770, consignó que Guau-themallan “quiere decir árbol podrido o lugar de árboles”.
Alrededor de 1800, el sacerdote Domingo Juarros anotó en su “Compendio de la Ciudad de Guatemala”: “Este reino tiene el nombre de Guatemala, de la voz Quauhtemali, que en la lengua mexicana quiere decir palo podrido”.
Esa definición pudo originarse en que los indios mexicanos que acompañaban a Pedro de Alvarado encontraron “un árbol viejo y carcomido (…) cerca de la corte de los reyes cakchiqueles”.
Juarros asegura que otros españoles derivaron el nombre Guatemala de las palabras U-hate-z-ma-há, que “en lengua tzendal significa cerro que arroja agua, aludiendo al monte en cuya falda se fundó la ciudad de Guatemala”.
No falta quien asegure que el vocablo se deriva de Coactemalán, que en el idioma de los tlaxcaltecas quiere decir “lugar de cañas”.
Ese nombre se lo habrían puesto los mexicanos que acompañaron a los españoles en la conquista del territorio, porque en el fondo defensivo de la ciudad de Iximché había una serie de cañas que resultaban mortales para quien quisiera invadirla.
Manuel García Elgueta dice que Quauhtlimallán quiere decir águila cautiva; y, según Walter Krickeberg, se origina de Cuahtemallan, que significa “entre montones de madera”.
Sin embargo, la versión de Adrián Recinos es la más aceptada, al decir que significa “tierra de muchos árboles”, y agregó que igual sentido tiene la palabra náhuatl Quauhtlemallan (árbol o palo de fuego), con la cual los antiguos mexicanos hacían referencia al pueblo kaqchikel y a su capital.