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¿Porqué las elecciones de Estados Unidos son el martes?

Entre las naciones del mundo que seleccionan sus dirigentes por medio del sufragio, casi todas efectu?an la votacio?n en domingo -cuando la mayor parte de la gente tiene el di?a libre y esta? en el lugar donde suele votar- es un di?a en que toda otra actividad es mi?nima.

Electores en el estado de New Hampshire durante el proceso electoral del año 2000. (Foto: AFP)

Electores en el estado de New Hampshire durante el proceso electoral del año 2000. (Foto: AFP)

Pero en los Estados Unidos, el di?a de eleccio?n nacional —al igual que la mayori?a de las primarias estatales y las elecciones estatales y municipales— siempre cae en martes.

Es, en efecto, el primer martes despue?s del primer lunes de noviembre. En primer lugar, ¿porque? a fin de cuentas, en esa epoca del an?o?

La estacio?n para el di?a de la eleccio?n nacional fue escogida por los padres de la patria norteamericana alla? por el decenio de 1780, por ser Estados Unidos, en el siglo 18, una sociedad marcadamente agraria y por lo variado del clima.

Esto demandaba que la eleccio?n fuera “despue?s de la cosecha y antes de la helada” -despue?s de la ardua labor de cultivar los productos y antes que los hoyos de los caminos se helara?n haciendo ma?s difi?cil el tra?nsito-.


¿Y por que? noviembre?

La constitucio?n federal de 1788 apenas si menciona las elecciones. El arti?culo dos, seccio?n una, dispone que en la eleccio?n de un presidente “el congreso puede determinar la e?poca de escoger a los electores y el di?a en que han de ofrecer su voto; fecha que sera? la misma en todos los Estados Unidos”.

El primero de marzo de 1792, el naciente congreso de los Estados Unidos, establecio? una fecha igual al declarar el primer mie?rcoles de diciembre como el di?a para que el colegio electoral se reuniera y que sus miembros depositaran su voto.

Pero el congreso dejo? de “determinar la fecha de escoger los electores”,  propiamente dichos, declarando u?nicamente que esta seleccio?n nacional, debe hacerse dentro de 34 di?as con prioridad al primer mie?rcoles de diciembre —con el fin de dar a los electores seleccionados tiempo suficiente para viajar, usualmente a caballo, hasta la capital del estado para votar.

Esas dos decisiones del congreso determinaron que noviembre habri?a de ser el mes en que se celebrasen las elecciones, pero sin precisar la fecha.

Hasta 1845 cada estado determinaba su propio di?a de elecciones, cumpliendo so?lo con los requisitos de la ley de 1792. De la veintena de estados que componi?an la Unio?n en aquella e?poca, 14 votaba el primer lunes de noviembre; dos el segundo lunes; Nueva Jersey lo haci?a el primer martes; otros dos estados el segundo martes; y Nueva York, el primer martes despue?s del primer lunes de ese mes. Eventualmente Nueva York se convirtio? en modelo.

El cambio se produjo debido a los abusos introducidos en el sistema a causa de que el congreso no ejercio? su poder para establecer un di?a fijo para las elecciones.

Por ejemplo, los resultados de las elecciones de Nueva Jersey pareci?an influir en los de la posterior eleccio?n realizada en el estado vecino de Nueva York. Pero lo que era peor au?n, en el procedimiento electoral de aquella e?poca, un residente de un estado podi?a cruzar la frontera estatal y votar en el estado vecino, la creciente regularidad de esos abusos hizo que aumentase la demanda popular pidiendo que se determinase una fecha fija para las elecciones nacionales.

Al seleccionar “el di?a”, el congreso tuvo todavi?a que enfrentarse con la tradicio?n de la ley de 1792, para hacer que la fecha quedase tan distante como fuese posible de la reunio?n del colegio electoral, pero dentro del li?mite de 34 di?as.

En cuanto al di?a de la semana, el domingo fue inmediatamente descartado debido a que la nacio?n au?n se encontraba bajo la influencia de la e?tica puritana colonial y nadie votaba ni trabajaba ese di?a.

El lunes fue rechazado por la misma ra?zo?n; para votar el lunes, mucha gente tendri?a que pasar el domingo viajando para acudir a las urnas.

El martes era aceptable, pero no el primer martes del mes, debido a que —como la experiencia de Nueva York habi?a mostrado y evitado— podi?a caer en el primer di?a del mes, causando por lo tanto inconvenientes a los hombres de negocios que estari?an dedicados a su tradicional inventario mensual.

Pero el segundo martes podi?a caer hasta en el catorceavo di?a del mes, dejando so?lo 22 di?as entre el di?a de las elecciones y la reunio?n de los electores presidenciales.

La fo?rmula de transaccio?n era, entonces, el plan de Nueva York: el primer martes despue?s del primer lunes de noviembre —que siempre situari?a el di?a de las elecciones entre el 2 y el 8 de noviembre y siempre por lo menos un mes antes de la reunio?n de los electores.

Asi?, por 171 años el primer martes despue?s del primer lunes de noviembre continu?a siendo el di?a de las elecciones nacionales, aún cuando han dejado de existir las razones originales para esa fecha particular.

La fecha de la reunio?n del colegio electoral —conforme su papel figurativo reduci?a su importancia— se fijo? ma?s tarde; los transportes desde luego, han mejorado enormemente, uniendo a dos puntos de los Estados Unidos en cuestio?n de horas por lo que los ciudadanos no vacilan en trabajar o viajar el domingo o en cualquier otro di?a de la semana.

Aunque la mayoría de los Estados de la Unión permite el voto anticipado y ya millones de ciudadanos ha realizado su sufragio, la tradicio?n del martes continu?a.

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