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2001: robo de la Virgen del Carmen causa repudio en feligreses

Fue noticia el 19 de abril de 2001 el robo de la imagen antiquísima de Nuestra Señora del Carmen, que se venera desde el siglo XVII en la Ermita del Cerro del Carmen de la capital. 

Un investigador de la PNC recaba evidencias en el altar de la Virgen del Carmen del Cerrito el 19 de abril de 2001. (Foto: Hemeroteca PL)

Un investigador de la PNC recaba evidencias en el altar de la Virgen del Carmen del Cerrito el 19 de abril de 2001. (Foto: Hemeroteca PL)

Hombres desconocidos rompieron los barrotes de una ventana para ingresar al templo y llevarse la pequeña imagen. Una autopatrulla de la Policía Nacional Civil, PNC, pasaba por el lugar y se dio cuenta de que la puerta de la iglesia estaba abierta.


De inmediato dieron aviso al sacerdote Bruno Renato Frison, encargado del templo, quien se percató de que la Virgen no estaba en su lugar.

Los investigadores hallaron una herramienta conocida como caimán, que habrían utilizado los ladrones para cortar los barrotes de una ventana ubicada en la parte superior del edificio. “Lo extraño es que los barrotes estaban doblados hacia adentro y no hacia afuera”, expresaron los detectives.

Dentro de la iglesia también se halló una soga, que se presume fue empleada para descender desde la ventana. Frison no quiso comentar lo sucedido y evadió a los periodistas cuando advirtió que sería fotografiado.

En silencio

Al parecer, los antisociales tuvieron suficiente tiempo para apoderarse de la imagen, porque quitaron la puerta completa de vidrio de roca que cubría el camarín sin hacer ruido, y la colocaron a un lado.

Sin más tropiezos, retiraron la imagen, de aproximadamente 44 centímetros de altura, del altar mayor. Luego, caminaron hasta la puerta principal, corrieron los pasadores y la sacaron del templo, presume la Policía.

Los investigadores hallaron abierta la puerta de la iglesia, donde quedó botado el pedestal que sostenía la imagen, que tiene plaquetas de bronce que agradecen los milagros que se le atribuyen a la Virgen.

Las autoridades indicaron que a esa hora, en los alrededores del Cerrito del Carmen pululan sexoservidoras, mendigos y algunos transeúntes. Sin embargo, aunque estas personas recordaron haber visto por la mañana un picop rojo de doble cabina, nadie dio una descripción precisa de sus ocupantes.

Por su parte, Ennio Rivera, director de la PNC, informó que investigan el robo, y que ya se tomó huellas dactilares y se recabó información de testigos.

“Apenas abrimos la pesquisa, y no tenemos resultados”, agregó.

La titular de Cultura y Deportes, Otilia Lux de Cotí, dijo estar preocupada por el constante robo de imágenes religiosas. Agregó que ya se pidió apoyo al Ministerio de Gobernación, para que resguarde los templos católicos. En su opinión, los robos son propiciados por coleccionistas privados que pagan grandes sumas por piezas originales. Asimismo, expresó que su cartera no cuenta con presupuesto para brindar protección a todos los templos.

“Eso es función de la Iglesia Católica, con la cual trabajamos en conjunto, para evitar este mal”, dijo.

A través de un comunicado, la Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural “repudió el acto vandálico”. También señaló que el “tráfico, tenencia o compraventa de los bienes de arte arqueológico, histórico y artístico del patrimonio cultural de la Nación constituye un delito penado por las leyes nacionales, y los tratados y convenios internacionales”.

Robo con dedicatoria

Quedaron cabos sueltos de la escena del robo de la imagen de Nuestra Señora del Carmen. En la iglesia del Cerrito del Carmen hay pinturas e imágenes, que aunque no son tan antiguas como la Virgen también son valiosas, aunque no les interesaron a los ladrones.

Para entrar en vehículo hasta el templo sólo hay un camino, por lo cual puede ser visto por cualquiera. Sin embargo, el día del robo nadie le prestó demasiada atención al picop que ingresó y permaneció estacionado frente al templo.

Los ladrones entraron por una ventana y salieron por la puerta principal, donde dejaron abandonado el pedestal de la imagen robada.

El alma de la ciudad

“Parece que se buscara borrar nuestra identidad, porque no se roban un elemento material sino el símbolo que representa Nuestra Señora del Carmen”. Tal fue el comentario de historiador Haroldo Rodas, quien considera que el robo va más allá del simple hecho delictivo con fines comerciales, y es más bien un mensaje contra la grey católica.

Destaca que la imagen tiene una actitud tal ante sus frailes y fieles, que por eso la llaman Virgen Protectora.

Por su parte, el Cronista de la Ciudad, Miguel Alvarez Arévalo, expresa que “lamentablemente, nos estamos acostumbrando a la depredación de los bienes culturales; sin embargo, este robo de la Virgen de Nuestra Señora del Carmen es el colmo, pues se atenta contra un símbolo: el alma de la ciudad”,

Ambos historiadores coincidieron en señalar que la importancia de esta imagen radica en que representa el origen y punto de partida de Guatemala, cuando fue trasladada la capital del Reino, que estaba asentada en Antigua Guatemala, al valle de la Ermita o de la Virgen.

Alvarez califica el hecho de crimen, porque la imagen y su ermita representan 400 años del amor de un pueblo hacia su patrona, ya que desde la Colonia, cuando los viajeros salían de Antigua Guatemala hacia el Atlántico para ir a España, se sentían obligados a pasar por la Ermita, a rezar a la Virgen.  Asimismo, dicen confiar en que la imagen sea devuelta a su santuario.

“El robo de la Virgen del Carmen es una intimidación a la Iglesia, que desde hace años es perseguida, y ocurre cuando se efectúa el juicio del caso Gerardi”, señaló ayer monseñor Mario Ríos Montt, director de la ODHA. El prelado agregó que “una cosa es haber asesinado a monseñor Gerardi, por ser un hombre que luchó contra la impunidad, y otra que el crimen organizado cometa actos sacrílegos”.

Consultado sobre si instaba a la población a elevar plegarias para que los delincuentes devuelvan la imagen, el jerarca católico dijo que no es necesario gastar energías en ello. “Mejor exhorto a las autoridades a que recuperen la imagen y detengan a los responsables. El robo es para amedrentar a la Iglesia”, recalcó.

Además, hizo ver que espera que la imagen no esté perdida, porque “si las autoridades son capaces, la van a recuperar”.

No obstante, al inicio de sus declaraciones, el Obispo Auxiliar de la Diócesis de Guatemala dijo que estas situaciones escapan a la capacidad de las fuerzas de seguridad del país. “Los delincuentes se llevaron una joya, una reliquia; es un sacrilegio, una bofetada al pueblo y la religiosidad de Guatemala”, enfatizó.

El hecho no tendría tanto significado si no fuera por la celebración del juicio Gerardi, en cuyo proceso “probablemente todavía reine la impunidad”, expresó.

Abandonados

Durante meses los fieles que acuden al Santuario del Cerro extrañaron la presencia de la imagen en su altar. Con el robo fue formado un comité pro aparecimiento de la Virgen, el cual realizó rogativas y hasta una manifestación pidiendo por la pronta recuperación de la imagen.

La Policía Nacional Civil, PNC,  inició investigación contra los sacristanes quienes fueron acusados del robo, pero no tenían evidencias contundentes y la investigación se quedó estancada, situación que fue criticada por la Iglesia y los fieles. 

Milagro

Pasaron los meses y no se tenía ningún indicio de la imagen, sin embargo los devotos de la Virgen no perdían la esperanza, cuando el 5 de marzo de 2003, casi dos años después de su robo, se conoció la feliz noticia de que la imagen fue encontrada en una modesta vivienda de Tecpán, Chimaltenango.

Dos meses después de su robo, un campesino de nombre Esteban López la encontró en un cerro abandonada en una caja de cartón. Dada su condición, no contó a nadie del hallazgo para evitar de que se la quitaran. Sin embargo un médico que llegó a curar a uno de sus hijos supo de la existencia de la imagen y de inmediato la reconoció y dio aviso a los frailes del Cerro y a las autoridades.

El padre Frisón llegó a recoger a la Virgen a Chimaltenango y con gran alegría la entronizó a su iglesia, en un hecho considerado como milagro, ya que muchas imagenes no aparecen luego de ser robadas. Y la imagen dadas sus dimensiones fácilmente hubiera sido trasladada a un sitio lejano sin aparecer más.

La imagen presentaba daños y varias de sus joyas fueron perdidas, sin embargo meses después fue sometida a un proceso de restauración donde recobró su esplendor y desde entonces con gran celo es custodiada en su iglesia cuatro veces centenaria. 

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